La novela chilena. Literatura y sociedad (Grínor Rojo)

La novela chilena. Literatura y sociedad (2022)

Grínor Rojo

Ediciones Universidad Alberto Hurtado / Uah

421 páginas

ISBN 978-956-357-373-2

 

La novela chilena, del reputado académico y crítico cultural Grínor Rojo, es un conjunto de ensayos que si bien no pretenden constituir un canon de las novelas chilenas, bien pueden leerse —en contra de la voluntad declarada de su autor— como un conjunto de obras cumbres, cruciales en la producción literaria nacional, y en ese sentido, también un canon.

Rojo recorre en catorce ensayos algunas de las obras que “considera memorables” de las que él afirma “su calidad excepcional” (los entrecomillados son de su prólogo). Los respectivos ensayos analizan esas obras desde el carácter de lector profesional de su autor, y también significan una valoración de las mismas.

En ese entendido La novela chilena reviste una oportunidad más bien excepcional, que es su lectura como una puesta en valor de ciertos textos, algo que los lectores fuera de la academia en general no detectamos que exista ahí con frecuencia, o dicho de otro modo, para aquellos que de tanto en tanto nos asomamos como extranjeros a ese mundo, no siempre podemos ver que al análisis sesudo propio de la academia lo acompañe también el del gusto, la preferencia, que es tal vez un puente en que el lector-nosotros puede relacionarse con estos centros generadores de conocimiento. Grínor lo hace, al hacer este no-canon: lo que consigue es poner en valor, con lo que termina en cierta forma deviniendo en canon.

La selección de Grínor Rojo es previsible respecto a algunos títulos en los que recae cierto consenso de su importancia (Martín Rivas de Blest Gana; Casa Grande de Luis Orrego Luco; La oscura vida radiante de Manuel Rojas —junto al resto de obras que completan su tetralogía, en dos ensayos—; La última niebla de María Luisa Bombal; María nadie de Marta Brunet, El lugar sin límites y El obsceno pájaro de la noche, ambas de José Donoso; El inútil de la familia de Jorge Edwards) pero también reviste bastante novedad y corre algún feliz riesgo al aproximarse a años más cercanos. No es casual, por ejemplo, que postdictadura cite a Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, ni debiera sorprender a nadie que elija a Impuesto a la carne, de Diamela Eltit. Sin embargo, seguramente podría ser discutido que alegremente se decante por El desierto de Carlos Franz, así como por Los días del arcoíris de Antonio Skármeta, y que con toda valentía sea capaz de seleccionar una novela que ni siquiera ha cumplido un lustro desde su lanzamiento y que, por lo tanto, no ha tenido tiempo de demostrar su capacidad para seguir siendo leída, como lo es la excelente El sistema del tacto, de Alejandra Costamagna.

En la selección de estas últimas tres novelas hay un gesto magnífico, que demuestra que Rojo sigue siendo un lector atento a lo que ocurre en el mundo editorial, que sigue leyendo o rebuscando en los mesones de novedades, que no desprecia la literatura que se está produciendo en estos días (aunque en alguno de los ensayos suelte aquí y allá alguna frase poco esperanzada sobre el estado actual de las cosas, en comparación con períodos que a él le parecen con una producción de mayor calidad). Todas estas novelas que cito al final lo sitúan además como un lector desprejuiciado, atento a los textos, a su contenido y no al ruido que los nombres de ciertos autores pueden hacer en el entorno, en un movimiento análogo al que efectúa el también académico Ignacio Álvarez al valorar —en otro ejercicio del gusto por la lectura que escapa de la academia— la escritura de Isabel Allende en sus El curso que hice al revés y otros apuntes de profesor.

La novela chilena es un texto importante, tanto por su contenido como por los espacios en que se permite circular gracias a su editorial, circulación que libera a estos ensayos del claustro de la academia, lo que coincide, como decíamos anteriormente, con el hecho de que se trata de ensayos que no se limitan a un análisis desde un determinado marco teórico, sino que más bien corresponden al ejercicio de valorización efectuado por un lector profesional, que con sus elecciones encarece y además discute, lateralmente, con la conformación de un canon y el prestigio de ciertas obras en plena circulación. Es así como el lanzamiento de un libro como este fuera de la academia está repleto de sentido por sus particularidades, que lo hacen merecedor de un público más amplio que el especializado en los estudios literarios. Habrá que ver, entonces, cuánto interés hay en los lectores no-especialistas para textos como estos, que tienden un puente real, importante y valioso entre la academia y sus afueras.

 

G. Soto A.

Cofundador y administrador de Loqueleímos.com. Autor de "Liquidar al adversario" (2019, Libros de Mentira).

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