Caudal (Catalina Ríos)

Caudal (2021)

Catalina Ríos (1995)

Provincianos Editores

ISBN  978-956-09492-6-4

44 páginas

 

La profundidad del viaje, a propósito de Caudal

 

Caudal, publicado por Provincianos editores, es el primer libro de poesía de Catalina Ríos. El poemario es un recorrido por distintos lugares de Chile. Como ocurre en las películas, armé una lista que muestra las ciudades según orden de aparición. Quedó así:

Isla Damas – Nueva Imperial – Laguna Verde – Llanquihue – Ensenada
Pargua – Valdivia – Toltén – Pitrufquén – Maicolpué

Creo que es imposible leer esta lista de lugares y no imaginar nada. Asociamos colores, sabores e imágenes a ciertos sitios. Algo aparece, sobre todo si el lugar está acompañado de una sensación o recuerdo: “Los veranos pasan / como la corriente del Toltén” (17). Lo mejor: si una persona nunca pisó Toltén, tiene libertad para imaginar lo que quiera.

Como lectora, seguí atentamente el relato que construye Catalina en su poemario. Fue ese desplazamiento el que me hizo profundizar en la corriente propuesta por la autora, pero además, recordar mi propio caudal. Todos hemos mochileado al menos una vez. Ese primer viaje siempre es especial. El presupuesto solo alcanza para comer y pagar un camping. Comprar un pasaje de bus sería un privilegio. Un gasto extra. Innecesario. En ese caso es mejor ponerse a un lado de la carretera y esperar que un buen conductor o conductora nos lleve. Para hacerlo hay que tener un mínimo de paciencia porque nunca se sabe cuánto rato tendremos que esperar. Todos hemos mochileado al menos una vez. Y con el poemario de Catalina recordé que uno de los destinos favoritos de casi todos los mochileros es el sur. Y es que siempre estarás rodeada de paisajes hermosos.

Todo viaje o desplazamiento involucra cambio. Y la personaje de este poemario, cambia también. Ella viaja con lo que pareciera ser una pareja amorosa. Lo bello de la lectura de Caudal es que sentimos cómo ellas congenian según van variando los paisajes: mientras más austral, más íntima es la relación. Lentamente aparecen los cambios. Viajar con alguien siempre implica momentos emblemáticos e icónicos que luego serán parte de esa memoria en común. Hay un vínculo de intimidad que se fortalece, pero ese mismo vínculo puede quebrarse también. Del amor pasamos a la queja. Del desconocimiento de las manías y los hábitos, a ser convivientes de todas esas mañas. Viajar implica un punto de inflexión. O vuelves al amor y lo profundizas, o la queja rompe todo. Es como cuando nos vamos a vivir con una amiga o un amigo con el que siempre nos habíamos llevado bien, pero luego de vivir un tiempo juntos, nos damos cuenta que la cosa no funciona.

Volver de un viaje es difícil. Se rompe la ilusión. Volver de un viaje es volver del juego.  En Caudal, sabemos que ella vuelve a Santiago porque menciona el esmog, Estación Central y el puente de Pío Nono con algo de resignación. Como si los paisajes que había visto hace poco en el sur no fueran suficientes para soportar el aburrimiento de la capital. “Viajo creyendo que no volveré” dice Catalina, y todas, de alguna u otra manera, hemos compartido esa ilusión.

Katherine Hoch

Ha publicado reseñas, crónicas literarias y textos sobre cine y literatura en Revista Saposcat, El Agente Cine y El Desconcierto. Actualmente es editora de Pantógrafas y Asistente Editorial en Neón Ediciones.

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