515 km (2020)
Zow Ormazabal (1992)
Provinciano Editores
ISBN 978-956-09492-4-0
Páginas: 190
515 km es una novela de una temática inédita en la literatura chilena. Si ya tenemos escasas publicaciones que tocan el tema del deporte menos todavía podemos hallar otra que, como esta, se especifique a tal punto en el triatlón, y no cualquier triatlón sino que especialmente en aquellos de largo aliento, los ultramaratones, pruebas físicas aparentemente aptas solo para superhumanos.
¿Qué lleva a una persona a extremar su cuerpo al punto de someterlo a pruebas que pueden dar al traste con años de exhaustiva preparación? ¿Qué hay ya no en el cuerpo de esas personas sino que en sus cabezas, en sus pensamientos, que hacen posible que toda su vida gire en torno a metas exageradas, aparentemente imposibles para una persona corriente? Porque eso es justamente lo más interesante de 515 km: esta sería una novela fácilmente estropeable con las menudencias de los infinitos detalles técnicos sobre preparaciones físicas, alimentación saludable, marcas de zapatillas, bicicletas, trajes de baños deportivos, etc., etc., etc. Pero la autora, Zow Ormazabal, de forma inteligente nos ahorra esos detalles para iniciados y especialistas. Cierto es que nos muestra la antesala, nos hace saber que ese submundo de artilugios existe y que es abrumador, y luego nos ahorra los detalles innecesarios.
“No me llamaba la atención competir o superar récords personales. Estaba feliz, o mejor dicho eufórica, porque había sentido «La Calma». Me sentía corriendo arriba de nubes. Por fin había tenido aquella experiencia mística de la que hablaban los corredores, mi paciencia había recibido su paga y la recompensa estaba más allá de cualquiera de mis expectativas. No había vuelta atrás, correr se había transformado en el pilar de mi vida”
Por el contrario, 515 km se detiene largamente en los más interesante —y a ratos incluso demasiado detalladamente— que es el fragor psicológico del deportista que adapta su cuerpo para la triple competencia: nado, ciclismo y trote, y cómo se modifica no solo su cuerpo sino que su entereza mental para hacer posible los niveles de rendimiento y esfuerzo sostenido que exige no solo un triatlón sino especialmente un ultramaratón. Con ese fin es que la novela, relatada de manera coral y siempre en primera persona, nos hace movernos entre distintos personajes con la velocidad que un deportista cambia de disciplina en un triatlón. Linda, Will, las gemelas, todos triatletas, todos en momentos muy diversos de su vida deportiva pero todos compartiendo una finalidad superior al mero hecho de competir que es, a través del deporte, alcanzar los estados máximos de goce, lo que en varias ocasiones el libro denomina simplemente como “la calma”, una suerte de estado de meditación trascendental.
“Pensaba, comía y respiraba triatlón. Había sido el eje de mi vida tanto tiempo y estaba absolutamente enamorado de las tres disciplinas. Pero me sentía cada vez más distanciado de mi motivo original para practicar deportes de resistencia. La calma, la claridad mental, los momentos atemporales. Ese espacio de conexión con el mundo y plenitud. Poco a poco estas experiencias se habían ausentado de mi vida”.
Y a pesar de que los protagonistas de esta novela evaden vivir para la competencia y lo hacen, en cambio, por el placer de llevar sus cuerpos al extremo, más allá del lugar que logren en el podio, la elección narrativa está puesta en hacer avanzar el relato y que sus personajes se desarrollen a través de competencias, con lo que uno puede recordar series de animación que versan sobre el deporte y utilizan el mismo recurso narrativo. Lo que se logra con ello es un altísimo dinamismo, que hace de 515 km un libro muy entretenido incluso para alguien totalmente alejado del deporte, y a pesar de ser un libro a ratos sobredescriptivo consigue una cuota de velocidad en la narración que va de la mano de las competencias.
515 km es una novela muy particular, no solo por su temática sino por cómo la aborda. Todo en ella confluye a convertirla en una narración ágil, amena, divertida, tal cual maratonista que ha preparado todo su cuerpo para una única misión. Y que sorprende, todavía más, al considerarse que se trata de una primera publicación de la autora, que ni por ventura se asemeja a la escritura discursiva y autoreferencial que tanto se desgastó en la literatura juvenil que se tomó por tanto tiempo nuestras letras. Un gran acierto.
