Poesía Política (2023)
Nicanor Parra (1914-2018)
Ediciones UDP
ISBN: 978-956-314-566-3
187 páginas
En sí mismo, Poesía Política es una antología de la obra de Nicanor Parra, la cual incluyó antipoemas inéditos para su primera edición de 1983. La selección de los —según como se cuenten— más de 200 poemas, antipoemas y artefactos, entre otras categorías, habría sido hecha por su mismo autor y por Enrique Lafourcade, siendo lo más característico de este volumen: la crítica sin parcialidades, constituyéndose así su centralidad.
En orden cronológico —y de aparición— hay un grupo de antipoemas de los años 1950 y 1960, que ilustran la obra del autor. En Mil novecientos treinta (1950) escribe: “Yo no disminuyo ni exalto nada/ Me limito a narrar lo que veo (…)” y en Acta de Independencia (1968) expresa: “Independientemente/ De los designios de la Iglesia Católica/ Me declaro país independiente (…)”. De estos extractos se observa que el antipoeta presenta su narración como un asunto objetivo y que él se califica como independiente. A lo anterior se suma Manifiesto (1968): “El poeta está ahí/ Para que el árbol no crezca torcido (…)/ Nosotros conversamos/ En el lenguaje de todos los días (…)/ Los poetas bajaron del olimpo”, en este caso, Nicanor Parra expone su función rectora y vigilante, su palabra corriente y popular, y rebaja a los creadores líricos a lo mundanal.
A mí nadie me pisa los callos
a mí nadie me pasa a llevar
aunque sea Fidel en persona
o la propia unidad popularHASTA CUÁNDO
SIGUEN FREGANDO
LA CACHIMBA
Yo no soy derechista ni izquierdista
yo simplemente rompo con todo
Estos Artefactos dejan en claro una desafección ante el proyecto político liderado por Salvador Allende. De hecho, él es explícito: se manifiesta contrario a Castro y a la Unidad Popular, y de paso, aclara no tener adhesión política. Por otra parte, con su personaje el Cristo de Elqui crítica a la dictadura militar. A modo de ejemplo, están los Sermones y Prédicas de 1977 y los Últimos sermones de 1983, de los que se referencia:
el general Ibáñez me perdone
en Chile no se respetan los derechos humanos
aquí no existe libertad de prensa
aquí mandan los multimillonarios
el gallinero está a cargo del zorro (…)Un solo punto negro Zalo X Dios (…)
no dijiste media palabra guachito culebra
sobre lo que sucede en tu país (…)
el desempleo no te dice nada?
la represión
el hambre
la tortura tampoco?
Para lo primero, Ibáñez es la manera en que el autor nombraba a Pinochet; y, siendo cauto en su lenguaje —ya que pide perdón— es claro en afirmar la violación a los derechos humanos, la ausencia de libertad de prensa y la plutocracia. Para lo segundo, descalifica a Zalo Reyes por no hablar de la coyuntura chilena del momento, aprovechando que era una celebridad, pero, quizás, más que una descalificación personal, lo fue a quienes conformaron la civilización del espectáculo en los años 1980.
La lectura —o relectura— de Poesía Política permite adentrarse al autor y su obra más allá de esta reedición, lo cual le da un tremendo valor. En pocas palabra, se muestra cómo su obra se aleja de la poesía cifrada y hermética, acercándose, más bien, a lo descifrado y explícito. Nicanor Parra fue crítico a todo evento, no escribió para quedar bien con Dios y con el Diablo, por el contrario, se transformó en un antipoeta para escribir y quedar mal con ambos y al mismo tiempo.