La luz y la montaña (2023)
Soledad Urquia (1983)
Komorebi Ediciones
ISBN: 978-956-6102-15-1
135 páginas
La luz y la montaña es una novela escrita en formato de diario. En cada una de las entradas su protagonista nos narra cómo transcurre su día a día desde que dejó Buenos Aires y se marchó a vivir alejada de la ciudad, junto a la montaña, en una zona cordobesa llamada Traslasierra, aparentemente un lugar usual de retiro y habitación de hippies y yoguis, como los llama la misma narradora, personas que a ratos la abruman con sus peculiaridades, tanto como el clima inhóspito en invierno, y el frío que se cuela por cada hendidura de su casa.
“Ese día odié primero al perro, después el frío polar de adentro de nuestra casa que hacía que se me cortara un poco la respiración cada vez que salía de bañarme o cuando me tenía que cambiar la ropa, odié el trabajo que me daba prender la salamandra y el chiflete de aire helado que entraba por las ventanas, odié que las reuniones del jardín de Aurora comenzaran con un juego oracular, odié todas las capas de ropa de lana que tenía puestas, odié a los hippies del valle que sostenían el abrazo un rato largo, te miraban fijo a los ojos y hablaban con liviandad sobre energías, odié los días larguísimos (…)” (página 42)
La narradora es, a su vez, una mujer madura que luego de un viaje a India, que se extendió durante un año, volvió “con los pies destruidos por andar descalza, diciendo cada tanto una palabra en sánscrito, como si no pudiera evitarlo” (pág. 79). Ha experimentado una transformación radical en su manera de ver el mundo, adoptando la sabiduría y cultura oriental como una manera de maduración espiritual. El diario no es una cronología de actividades en la montaña provincial, por el contrario, contiene principalmente dos cuestiones: el impulso de su narradora por encontrar un camino espiritual de iluminación y, por otra parte, su forma de afrontar la maternidad, de criar a su pequeña hija Aurora, junto a su pareja Santi, mientras en paralelo lucha por un poco de silencio que le permita hacer sus meditaciones, impartir sus clases de yoga kundalini, y de tanto en tanto escapar a algún retiro de silencio.
Es ahí donde se hace más latente el conflicto interno de la narradora, entre su necesidad de elevación espiritual de la manera en que lo entienden ciertas culturas orientales, y la maternidad, siempre demandante.
“Me escuché decir que para mí tener una familia encierra tanto el germen de mi propia destrucción como la única posibilidad de transformación real. No sé por qué le dije eso y, ridículamente, me conmoví a mí misma.” (página 101)
La luz y la montaña es un relato breve, que tiene la particularidad de hablar sin tapujos del tema de la espiritualidad de la narradora, lo que resulta un espacio de intimidad poco tratado en la literatura, más todavía cuando la narradora lo hace entrar en conflicto con la maternidad. Sin embargo, es un libro que puede resultar ajeno a quien no tenga una inclinación a la cultura oriental o al sistema de creencias que ello implica.
