Litoral (Miguel Ángel Gutiérrez)

Litoral (2023)

Miguel Ángel Gutiérrez (1995)

Alquimia ediciones

ISBN: 978-956-6188-16-2

146 páginas

 

Litoral es una novela coral, en la que se relata desde diferentes personajes la existencia de una cofradía naval que tiene la concesión estatal de una franja de playa y la zona marítima contigua, en teoría protegida por la importancia de su fauna y diversidad ecológica. Esta cofradía mantiene ahí un muelle para sus actividades náuticas y recreativas (yates, canchas de tenis, etc.) y, como es de imaginar, sus miembros forman parte de lo más encopetado de la rancia aristocracia chilena. La novela transcurre en momentos en que, por una parte, se descubren una serie de hechos que atentan contra la fauna del lugar así como la sospecha de delitos contra opositores a la cofradía y, por otra parte, el momento en que la cofradía debe obtener del gobierno la renovación (o término) de la concesión que permite su existencia, por lo que cualquier recelo sobre malos manejos de parte de la cofradía puede incidir en la opinión pública, lo que a su vez podría inclinar la balanza hacia un lado u otro respecto a la posibilidad de la renovación de la concesión.

“Pero esto es más grande que usted o yo, ellos ya llevan cuarenta años en ese lugar y cada día que pasa sin que los saquemos es un daño que le estamos haciendo a nuestra gente y a nuestra fauna, no es normal, no es natural, es un crimen y hay que tratarlo tal cual, sin ambigüedades de ningún tipo” (página 27)

Hay un par de aspectos que son destacables de esta historia. Lo que primero salta a la vista es su temática, que no es meramente ecologista sino que más bien se asienta en los vericuetos del poder, en cómo este se enraíza en la sociedad chilena, en cómo todos vivimos y cómo nos afecta. Cómo ciertas formas de ejercer y abusar del poder se enquistan hasta naturalizarse y pasar, en gran parte, desapercibidas. Eso ocurre con la cofradía, que tiene vínculos claros que retroceden en el tiempo hasta llegar a la dictadura. Este aspecto es doblemente interesante si consideramos que la cofradía naval expuesta en esta novela existe realmente, junto con la posibilidad de explotar cierta área marítima para sus propios intereses casi sin tener que dar explicaciones de ningún tipo ni rendir cuentas del uso y sus consecuencias, y que todo ello está respaldado con documentos reales, como por ejemplo el mismo Decreto Supremo que otorga la concesión, que es extractado en las primeras páginas del libro y hace que como lectores nos situemos en esa zona ambigua, en que sabemos que estamos leyendo una ficción que tiene aspectos tal vez más reales o más asentados en la realidad de lo que somos capaces de dilucidar.

“Este oficio es así, la verdad no existe, o, más bien, la producimos nosotros, según cuánto nos paguen. Si el cliente es poderoso se hace absolutamente todo por hacerlo zafar, si no lo es no se acercará a la Agencia, no puede pagar el precio. Una compañera dijo una vez que nuestro trabajo era una selección natural auxiliar por si la primera fallaba” (página 18)

El otro aspecto relevante de esta novela es la representación del mundo del trabajo. La mayoría de las voces que presenciamos en esta novela coral pueden ser definidas desde el oficio o profesión que ejercen, o incluso desde la ausencia del mismo. Por ejemplo, un trabajador de aseo de la cofradía, la periodista que es empleada de una agencia que se dedica a influir en la percepción pública que la gente tiene de sus clientes acomodados, el joven que ha salido de la universidad y que vagabundea en el litoral antes de insertarse en el mundo laboral, todos quienes sufren o han sufrido el desencanto de someterse a un mundo laboral que los conflictúa, que ni siquiera va en la misma línea de sus expectativas, como si el autor quisiera dejar bien en claro que, al contrario de lo que ocurría en generaciones anteriores en que el trabajo era visto como un lugar donde desarrollarse e incluso realizarse, hoy el trabajo es siempre una renuncia, una derrota, un lugar donde es menester estar salvo que se quiera se quiera ser un marginado social —en parte lo que le ocurre al joven que está entre universidad y el primer trabajo—, y que por ende, no puede entenderse más que un sometimiento, ya sea a grandes grupos de poder o a pequeños espacios donde ese poder se replica. En Litoral lo ominoso del trabajo en el mundo moderno jamás deja de saltarnos a la cara.

De esta manera, Litoral es una novela, entretenida, ágil, y que se dispara en diversas direcciones, que se escapa de los límites de la investigación periodística, de la novela policial (que podría parecerlo en una primera lectura), o incluso de una novela principalmente ecologista. Y aunque no reniega de ninguno de esos ámbitos de lectura posible, abarca otros que le dan todavía mayor profundidad ya que la liberan de los encaseillamientos en que podría haber fácilmente caído. Cabe mencionar que esta es, además, la primera novela de su autor, lo que hace de Litoral una publicación doblemente valiosa.

 

G. Soto A.

Cofundador y administrador de Loqueleímos.com. Autor de "Liquidar al adversario" (2019, Libros de Mentira).

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