Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto (Manuela Espinal Solano)

Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto (2020)

Manuela Espinal Solano (1998)

Editorial Kindberg

ISBN 978-956-9707-15-5

74 páginas

 

Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto es la primera publicación de la jovencísima Manuela Espinal Solano (Medellin, 1998).  Una muchacha que crece en una familia de cantantes y músicos y que, como tal, se espera que siga el mismo camino hacia el reconocimiento artístico de su talento musical, tanto como en otras familias se espera que el hijo o la hija siga la tradición familiar ser abogados, médicos, arquitectos, etc.

—¿Y quién en este mundo no quiere ser famoso? —me responde sorprendida—. ¿A quién le molesta la atención, las miradas? ¿A quién podría gustarle esconder un talento? No conozco el primero, cariño. No lo conozco.

La protagonista, de apenas dieciocho años, nos cuenta cómo ella y su hermana pasaron su niñez desplazándose hacia las distintas lugares donde su madre pudiera ejercer su oficio —restaurantes, hoteles— o como cuando tuvo la posibilidad de hacer una carrera solista y las abandonó temporalmente, dejándolas al cuidado de sus abuelos.

Pero la fricción de la novela no se produce tanto en aquellos viajes que siempre deparan algún encanto para estas niñas, sino que en la expectativa y constante presión de que ambas se conviertan más temprano que tarde en parte de la tradición familiar, en que exploten el talento con el que por herencia nacieron y obtengan el reconocimiento que merecen.

“Parece que tuvieran la intención de entregarnos el legado de la música sin preguntarnos si estamos de acuerdo o no. Nos están entrenando desde pequeñas, estamos casi listas, aunque a mí me falta la sonrisa de diva y a mi hermana la postura. Nos falta el encanto del artista, la presencia. Me faltan las ganas.”

Quisiera que oyeran la canción que escucho cuando escribo esto es una novela pequeña, delicada, exenta de cualquier drama altisonante, en que la narración avanza fluidamente de manera contenida, sin expandirse, pero con confianza. El relato ficcionado de los hechos que adivinamos hasta cierto punto biográficos toman un cariz más bien secundario ante la conciencia de su narradora, que intenta luchar contra un destino que se le impone, sin desconocer en ningún momento el cariño y admiración que produce en ella su familia, el talento que recorre y se ha posado, al parecer, sobre cada uno de sus ascendientes. Es en esa sensación, más que en las anécdotas familiares que se suceden, en que esta novela se sustenta con firmeza, es ahí donde brilla y consigue encantar al lector. La prosa es también contenida, musical a ratos, sin excederse jamás en florituras, y ayuda a la simpleza del relato, en el que se ve esta lucha contra un destino impuesto desde afuera, con calzador, del que no se reniega necesariamente, pero que sí corre por un costado del que la misma protagonista va forjando para sí.

Una bella novela, escrita en voz baja.

G. Soto A.

Cofundador y administrador de Loqueleímos.com. Autor de "Liquidar al adversario" (2019, Libros de Mentira).

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