Precio referencial: $6.000
Ya había oído alabanzas sobre el estilo literario de Aira, sobre la multiplicidad de sus temáticas, sobre el buen uso del lenguaje, acerca de cómo va creando imágenes y muy especialmente sobre cómo escribe (un autor que despacha alrededor de dos libros promedio por año y que acostumbra a escribir novelas de pequeña extensión, que realiza como si se tratase de un ejercicio de un único aliento, escribiéndolas prácticamente de golpe). Entonces, ¿con qué me encontré al leer Una Novela China?. Con una historia bastante bien narrada (aunque seamos honestos, está lejos de ser brillante), que relata el artificio de amor de un hombre Chino extremadamente inteligente y creativo, que adopta a una bebé montañesa (al decir montañesa piensen en el equivalente a un aborigen) para casarse con ella para cuando ya esté medianamente crecida, esto en parte con el afán de romper los dogmas pequeños burgueses existentes en esta antigua China –lo que de por sí como fundamento en la historia no deja de ser extraño, por cuanto el admirable protagonista es un hombre que siempre pone su genio al servicio de la sociedad y más que en esa decisión que marca su vida nunca manifiesta conductas rupturistas ni medianamente rebeldes- y principalmente con el fin de granjearse la posibilidad de conocer el amor él, quien ha lo ha dejado de lado para dedicarse a un sinfín de creaciones y labores. Como es obvio a estas alturas, la historia sucede en China, hace varias decenas de años atrás, en un viejo poblado bastante cerca de las montañas; no me pidan que precise más sobre esto porque el autor tampoco lo hace, quedando lo demás en las tinieblas. Hasta acá quizás suene bien, y quitándole encarecidamente cualquier sesgo de reproche moral –que no es el caso- podemos resumir que esta historia es la de un hombre Chino que adopta a una pequeña para luego desposarla, es decir, la historia del padre que cría a una pequeña solo para luego hacerla su mujer, un perfecto caso de incesto aunque nunca se use esa palabra con toda la carga violenta que posee. Y, sin embargo lo anterior, la historia está narrada con tal neutralidad, con tal cariño hacia el protagonista, con tal cuidado por la estética de la misma historia, que más bien se transforma en la historia sobre el intento de un hombre -quien intelectualmente bordea la genialidad- para amar a toda costa. Ese ambiente, aquel dejo agradable que produce la novela es mérito completamente del autor.
No deseo ser injusto, Una Novela China merece el tiempo que le dediqué. Como dije es una novela muy bien narrada, con buenos momentos y una historia bastante atractiva desde el punto de vista literario; parece perfectamente una historia mitológica China. El lenguaje del autor es límpido y llano, sin torpes pretensiones y esta novela en especifico puede ser leída de un tirón. Tiene sus defectos, es claro, pero en la suma final satisface la curiosidad del lector que desea tomar una justa muestra de la literatura Argentina contemporánea.