Pastores de Oort (Hugo Riquelme Becerra)

Pastores de Oort (2023)

Hugo Riquelme Becerra (1984)

Paso en Falso Ediciones (2023)

ISBN: 978-956-0915-0-8

253 páginas

 

Pastores de Oort es una novela fantástica, del género de la ciencia ficción; y su autor, el ya experimentado Hugo Riquelme Becerra, no pretende hacerla pasar por otra cosa, sino que lleva adelante su proyecto escritural de manera contundente y coherente.

El planeta Tierra ha dejado de existir hace una cantidad de tiempo que no es posible contabilizar siquiera ya de la manera en que contamos el tiempo. La raza humana se vio forzada a salir del planeta para intentar desesperadamente su subsistencia. Para ello, envió diferentes naves para buscar zonas habitables en el espacio, sin éxito aparente. Sin embargo, ha logrado colonizar un nuevo planeta haciéndolo apenas viable, gracias a los conocimientos científicos de los tripulantes de la nave (una de las cinco enviadas en distintas direcciones del espacio, la única que tuvo algún grado de fortuna). De eso, nuevamente, ha transcurrido una cantidad de tiempo inconmensurable. La raza humana se ha convertido en una raza pacífica, que ha entendido que su precaria subsistencia solo es posible por medio de un desarrollo sostenible en el entorno en el que viven, que la vida del resto de las especies animales y vegetales es capital para su propia vida, y que tienen el deber no solo de abstenerse de eliminarlas, sino que se exige un rol activo en su preservación y cuidado.

En ese contexto histórico, se envía al Merodeador —otra nave espacial— tras los rastros de una nave científica de investigación perdida en cierta zona espacial, intentando rescatar a sus tripulantes, o lo que quede de ellos, para comprender además qué fue lo que ocurrió en ese viaje. Como es esperable, el relato comienza a adquirir espesor gracias a las intrigas políticas, intereses personales de sus muchos personajes, y detalles científicos de los que suelen abundar en el género de la ciencia ficción.

“Los últimos nacidos de esta generación parecieran no comulgar con el objetivo común y comienzan a desarrollar pensamientos individualistas, como si sus agendas propias estuviesen por sobre la de la especie. Hemos logrado incrementar apenas a un cuarenta y cinco por ciento el nivel de habitabilidad de Rossabh y, aun así, estos nuevos nacidos dan el lugar por sentado. Necesitamos discutir la particularidad de nuestra ubicación en el universo, recordar por qué los originales nos escogieron para venir hasta acá en la Uracilo y la misión Ix vino a estropear todo eso” (página 152)

El viaje del Merodeador, entonces, se encontrará prontamente en una encrucijada inesperada, que alterará no solo su viaje sino todo el conocimiento que su propia civilización, aparentemente solitaria en el universo, hasta ese momento ha dado por cierta.

“—¿Qu-qué son esas cosas? —preguntó Gacde, fallando en su intento de esconder el tartamudeo.

Las entidades adelantaron el esquife, dribleando la nada de forma majestuosa. Fundiéndose con el fondo estelar, bailando con las luces y sombras de sus siluetas ciclópeas. “ (página 188)

Riquelme exhibe una escritora solvente, no solo apropiada para el género en que se sitúa, e incluso a pesar de los detalles a ratos aparatosos sobre viajes en el espacio, máquinas espaciales, criaturas extrañas, sino que además tiene la virtud —mucho más escasa de lo que se cree— de ser entretenido. Porque sí, a pesar del conjunto de formas consabidas del género, el autor construye su relato con un suspenso constante y que crece a medida que se avanza en las páginas.

Con todo, lo más destacable de Pastores de Oort, es algo que escapa del género. En su Pastores de Oort Riquelme no escribe solamente una novela de aventuras espaciales, por el contrario, acá el tema no son los viajes, ni la conquista del espacio (no en sí misma, al menos). Esta novela se trata, en el fondo, de la debacle humana por razones ecológicas. En ese sentido, sirve para apuntar algún par de pensamientos que ya vienen siendo desarrollados por algunos escritores que ni siquiera habitan en el genero de la ciencia ficción, como ya comentábamos en la reseña de El espacio de la imaginación, de Ian Mcewan, donde de manera expresa manifiesta que es posible que, de aquí a un tiempo, el único tema posible en la literatura sea el de la catástrofe climática. En ese sentido, la distinción entre géneros (o si el realismo no es a su vez nada más que un género que ha conseguido imponerse sobre el resto) se vuelve casi irrelevante, puesto que este tema que trata Riquelme apunta a ser el gran tema de las próximas décadas. Siendo así, Pastores de Oort se hermana con otra serie de publicaciones chilenas que no han sido leídas necesariamente desde los códigos del género de la ciencia ficción sino más bien desde el de la distopía, en una deriva kafkiana o pretendidamente alegóricas, como  por ejemplo La oficina del agua, Islas de calor, Cuchillos o La paz china, todas ellas con distintos grados de calidad o éxito en su proyecto escritural.

Pastores de Oort, en una lectura superficial, no parece ser más que una novela de ciencia ficción; una que consigue ser entretenida, dinámica, que se lee con velocidad y siempre con una cuota importante de suspenso, por lo que será disfrutada por cualquier lector del género. Sin embargo, desde los moldes del género Hugo Riquelme tiene la pericia suficiente para abordar con soltura uno de los grandes temas de la actualidad: la catástrofe climática y, desde ahí, la de nuestra propia viabilidad como especie. En ese sentido, Pastores de Oort es una novela valiosa que puede situarse junto a otras novelas que manifiestan la misma preocupación, desde otros ámbitos de la ficción.

G. Soto A.

Cofundador y administrador de Loqueleímos.com. Autor de "Liquidar al adversario" (2019, Libros de Mentira).

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