Desertar (Ariana Harwicz – Mikaël Gómez Guthard)

Desertar (2021)

Ariana Harwicz (1977), Mikaël Gómez Guthard (1981)

Editorial Candaya

ISBN 9788418504280

91 páginas

 

Reseña de:

Macarena Bertoni

 

Abandonar la trinchera

Sobre el libro Desertar de A. Harwicz y M. Gómez Guthard

 

“Recién ahora entiendo por qué me importa tanto conocer al traductor, al otro, el que te escribe en otra lengua, la que interpreta tus palabras una a una, la que las memoriza, el que trabaja con tu respiración es alguien que no quiere dejarte morir”.

 

Ariana Harwicz construye esta confesión, posiblemente un descubrimiento para ella, en el intercambio-encuentro con su interlocutor Mikaël Gómez Guthard y, con todo una historia consciente e inconsciente de intercambios previos. Explicita la relación amorosa que implica la traducción y sabiéndolo o no, refiere parte vital de la experiencia analítica. La tarea del traductor como la del analista parte de la necesidad y al poco andar se encuentra con la dificultad enorme de la tarea. Sobreviene la frustración que sólo la pasión y la apuesta por un posible encuentro; sostiene.

Harwicz crea una definición literaria que describe el trabajo del traductor y que hace eco de sus orígenes. Es una definición freudiana porque Freud describía: era literal y literario. Literatura que, parafraseando a Magris, narra con la realidad¹. Nos remueve por su efecto en la superficie de la piel, en la memoria del cuerpo. Esa memoria que imposible de nombrar, necesita ser traducida. “De lo que no se puede hablar es mejor callar” ². Cierto pero tramposo. Quizás no se puede, pero es necesario. Es una deuda con nuestros padeceres- nuestro dolor. Poner algo allí, inventar, construir: con palabras y otras materialidades que, no resuelven del todo su núcleo intransmisible, pero alivian.

Siendo los dichos tan sabios, jugando en el registro de la condensación poética que nos descubre, se equivoca con “mal de muchos consuelo de tontos”. ¿No es acaso el consuelo una necesidad, una marca de lo eminentemente humano, una búsqueda del encuentro con otro?

¿No es acaso este libro una conversación, intercambio epistolar/autobiografía plural —del escribir y traducir—, un consuelo al momento histórico del encierro?

Desertar se trata sobre escribir, traducir y conversar. ¿A qué desertamos entonces?

La apuesta de la contratapa señala que Ariana y Mikaël han y están desertando a la lengua, al país, al pasado; a ellos mismos. Pero hay algo más.

Esta conversación tiene una prehistoria en la pequeña historia-biografía de cada uno, enlazada con aquella gran historia del origen de ambos: hijos- aprendices y expertos- del despliegue de la tradición judía a través del dialecto, los escritores y los músicos.

Quizás a lo que desertan es a convertir este origen en única referencia. Pueden ir más allá sin abandonarla porque desertaron de la trinchera, de quedarse en un único espacio sin fisuras; tentador, pero infértil para la escritura y la traducción.

Sus conversaciones muestran un origen común para sus oficios: leer. “Sartre decía que a los 70 años ya no pudo escribir más, podía armar palabras pero no leerse; es una obviedad, pero escribir es más leer que escribir”. Varias páginas más tarde, “Creo que no hay ni buenas ni malas traducciones, traducir es sólo una forma de leer. Quizás una manera inquieta de leer…al final una traducción termina siendo una propuesta”.

¿Acaso no lo es la escritura también?

Escribir, traducir y leer. La distinción de estos espacios/oficios/acciones, se acorta cada vez más, pero no para sumirla en la equivalencia, sino para mostrarnos que son registros engarzados. Su desenganche, o mejor dicho la omisión de sus junturas, pone en riesgo el resultado. El énfasis es distinto, pero funcionan a modo de acorde arpegiado. Es quizás por ello que una de las figuras que encuentran Ariana y Mikaël para pensar la lengua, la traduccion y escribir sea la música.

Escribir, traducir y leer comprende la búsqueda del encuentro con otro. A ese encuentro llegamos deformando su/nuestro lenguaje y él el suyo/nuestro. Surge una versión-propuesta ignorada y posible.

Ese otro es a veces un interlocutor presente, otras: un conjunto de citas de escritores y traductores que se ofrecen, reciben e intercambian. “Anne Carson decía que el traductor es alguien que busca a tientas el interruptor de la luz en una habitación oscura”.

 Desertar habla de una historia en la escritura y en la traducción. Cuenta historias-experiencias con lengua propia y ajena; de cuando quisimos abandonarla para recobrarla.

Recobrar el recuerdo, a través de las experiencias amorosas y conflictivas con la(s) lengua(s). Como Proust y su manuscrito, en la tapa de este libro.

1 Claudio Magris (Trieste, 1939), escritor, traductor y ensayista, tiene un bello y pequeño libro titulado:

Narrar con la realidad.

2 Frase célebre del filósofo Ludwig Wittgenstein que se encuentra en su libro Tractatus Lógico- Filosófico.

 

 

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