No era a esto a lo que veníamos
María Bastarós
Editorial Candaya
ISBN: 978-84-18504-38-9
224 páginas
No era a esto a lo que veníamos es un conjunto de relatos donde la normalidad se fisura para dar paso al terror, a la violencia física, a lo esperpéntico; todo ello sin dejar el terreno de la cotidianeidad, produciendo así una profunda y deliberada incomodidad en el lector ante las escenas que su autora va construyendo con presteza y oficio.
Los trece relatos de No era a esto a lo que veníamos, si bien constituyen anécdotas disímiles entre sí, se relacionan estrechamente tanto por esa normalidad que una y otra vez se quiebra, como por la importancia crucial que hay en ella en el tratamiento de sus personajes femeninos —habitualmente los protagónicos—, en el uso del paisaje y de la naturaleza como elemento disruptivo, donde siempre puede comenzar o encontrarse algo desconocido y peligroso.
Las mujeres de estos relatos sufren quiebres en su “vida normal” que sirven para demostrarles que el espacio que pretenden ocupar en el mundo no les corresponde, por lo que alguna violenta sacudida las remece como si tratara de castigarlas y devolverlas a su lugar de procedencia. Algo así ocurre, muy visiblemente, en el cuento “El día de la escopeta”, donde una mujer trabajadora, que además mantiene a su padre y a su marido, consigue ahorros suficientes para ilusionarse con hacer una vida y escapar del sucucho en el que vive, escapar con el hombre que sí parece valorarla, aspirando por fin a una vida con un amor romántico… eso hasta el momento de la sacudida. En el cuento que le sigue la solución es equivalente. En “Huevas de trucha” unas adolescentes que no pueden asistir a una fiesta por una cena que el padre ha organizado en su casa, acometen una venganza que producirá un remezón en esa familia, pero que también evidentemente recaerá en ellas. Y asimismo ocurre en el cuento siguiente, llamado “Nunca sale gratis”, en que una infidelidad matrimonial es castigada con un choque que va desde el marido y que recaerá, sin lugar a dudas, en la mujer infiel, castigada también por aspirar a una suerte de amor romántico.
El título de este cuento, “Nunca sale gratis”, devela el principal leitmotiv de este conjunto: la normalidad nunca sale gratis. A estas mujeres se les obliga, en el mayor de los casos, a encausarse en cierta “normalidad” social, a un costo altísimo. Cada escape, cada intento de rebeldía, cada personaje es reencausado en cierta manera a mantener tal supuesta normalidad. La chica que quiere ser admitida como igual por un grupo de chicos, pero que debe hacer una dura prueba a cambio; la mujer trabajadora que debe trabajar en navidad para mantener al bebé que vendrá y al novio que no trabaja, sin decir nada por la explotación laboral, sin decir nada por el acoso, porque el trabajo es necesario, para ella y para el resto de las dependientas que van rompiéndose a su alrededor.
No era esto a lo que veníamos es un conjunto de relatos que abre una grieta en la normalidad para dejar entrar el terror. Es así como, el mayor terror de estos relatos está y se produce sin apariciones fantasmagóricas sino que dentro de esa normalidad: la de la vida amorosa, la de la vida materialmente exitosa, la de la familia en apariencia perfecta, siempre con un giro narrativo que la transforma en un lugar hostil, imposible de evitar y contra el que no se puede luchar porque es parte de la vida misma que constituye a estos personajes.
