Precoz
Ariana Harwicz (1977)
Editorial Cuneta (2021)
ISBN: 978-956-6100-05-8
64 páginas
Precoz es una novela perturbadora, escrita como un torrente, en una constante corriente de la conciencia de la protagonista, una madre que tiene una relación física y moralmente turbulenta con su hijo adolescente. Ellos viven en la más completa precariedad y de su cotidianeidad solo conocemos por medio de la mujer desequilibrada que es la madre, por lo que toda la narración está afectada por una manera de pensar, hilar los hechos y discurrir contaminada por esta narradora en la que no solo no podemos confiar, sino contra la que muy bien cualquier lector podría sentir un profundo rechazo.
“Mi hijo se para, baja los escalones, un segundo me quedo atrapada en los besos. Besos, besos, infierno. Besos, besos más besos, antro de besos. El adolescente en slip llega abajo. Se hizo cagar a golpes. Qué hago. Y oigo que se hablan a través de la puerta, la otra rogando asilo político. Esto no es un centro de retención. Una nueva ventana se enciende. Y otra. Y otra más allá. Los que merodean. Alguien que viene por ella. La detesto por hacerme bajar corriendo antes de desayunar, ¿La hago entrar? ¿Dónde la metemos. Afuera quilombo de perrera. Quilombo de lindantes que denuncian.”(página 27)
Precoz, por medio de esta narradora que altera cualquier visión del mundo, nos muestra la vida de este muchacho sin padre presente y sin madre capaz, que se ve inmerso en una vida incestuosa pero que, por conocerla únicamente a través del punto de vista de la madre es que carece de cualquier tipo de reproche moral en el texto. El incesto no es un problema para esa madre trastornada. Sí lo es la eventual pérdida del hijo, incluso su eventual crecimiento y alejamiento. Los valores, si es que hay alguno en esta novela, solo existen para ser ignorados por completo. Porque no hay nada en esta protagonista que nos produzca tranquilidad sobre la subsistencia de ese hijo. Así leemos: “Lo miro como una mujer estéril se zampa con la vista al bebé rozagante de otra” y también “Le sirvo el desayuno, si en lugar de la cara de mi hijo hubiera la de otro, no me daría cuenta. Lo llevo al colegio maquinalmente. Él no habla tampoco, no sé por qué.”
Precoz es una novela que no se somete a los “buenismos” de la época. A la autora no le importa tocar una y otra vez los temas tabúes que siguen existiendo en nuestra sociedad, como en el violador de Degenerado y en esta relación incestuosa que despliega en Precoz. Lo de Ariana Hacwicz no tiene que ver con los tiempos. Su relación con el arte y la literatura pareciera querer ir simplemente con su propia manera de explorar el mundo. No quiere caer bien. Ella busca incomodar. Sus temáticas y el punto de vista que adopta para tomarlas no se someten a ninguna moralidad. Y no es que sean inmorales. Lo que tienen es que no se juegan su calidad en si responden o no a la última marcha de la calle, sino que simplemente parecen ser una manera —profunda, honesta y conflictiva— de indagar sobre la condición humana, sin dar tregua, con una crudeza y realismo que pocos autores consiguen. Ariana Harwicz no se asienta en lugares cómodos. Por el contrario, ella quiere develar todas nuestras perversiones, todas esas de las que todos nosotros, como sociedad, somos responsables. Precoz es otro paso hacia el abismo humano. Harwicz muestra ser, nuevamente, una autora importante y sin piedad por el lector, en el mejor de los sentidos.
