Por: Denisse Valdenegro Durán (@oficinismo)
El diario íntimo de Maliki 4 Ojos
Marcela Trujillo
RIL Editores
ISBN: 978-956-284-836-7
180 páginas
Luego de la publicación de su primer libro de historietas, Las Crónicas de Maliki 4 Ojos (Feroces Editores, 2010), Marcela Trujillo dio un segundo paso dentro de su carrera como dibujante de cómics, esta vez de forma un tanto experimental. El Diario íntimo de Maliki 4 Ojos” (RIL, 2011) es un libro crudo, honesto, atrevido, que se desmarca de la narración gráfica contenida en viñetas —la cual la artista exploró de buena manera por medio de sus “crónicas”—, para ahondar esta vez en el cuaderno o diario de vida. Una obra en bruto que logra mantener el trazo impecable que caracteriza su trabajo; ese trazo que evoca, como pocos, la estética irreverente y detallista de autores del cómic underground norteamericano, como Robert Crumb.
El experimento narrativo de este libro se construye por medio de obstrucciones: “cómic inmediato, dibujado y escrito enteramente con lápiz mina, sin proceso de guion, boceto, entintado y achurado”, y gracias a dichas obstrucciones, Trujillo se desenvuelve libremente para narrar una serie de acontecimientos que marcaron su vida, en el transcurso de tres meses, mientras esta se adentraba en su cuarta década. Dentro de los acontecimientos representados, uno en particular, aquel acerca del fin de su matrimonio, ocultaba un problema mucho más profundo: un miedo al abandono transmitido generacionalmente por las mujeres de su familia. En este capítulo, Maliki muestra sin vergüenza tanto su dolor irracional y egoísmo, como el proceso de sanación y catarsis que, si bien incluyó profesionales de distintas áreas, expone, finalmente, que por medio de la concientización de su miedo fue que pudo librarse de él. A la manera de un libro de autoayuda. Vale la pena consignarlo ya que sienta un precedente: Trujillo trabajaría de forma directa dicho género en Quiero ser flaca y feliz (Planeta, 2015) junto a la psicóloga Karolina Lama.
Otros temas que toca el libro son: las facetas de la autora como mujer soltera en busca de pareja, como madre, como artista. De esta última, que volvió a florecer luego de su catarsis emocional, se destaca la mañana en un taller, donde conoció artistas de otras generaciones. Maliki, como si se tratara de una periodista gráfica, conversa con ellos, los retrata, rescata ideas, esencias, nombres, busca documentar, de alguna forma, el trabajo de estas personas que significan un futuro mucho más próspero y menos competitivo que el que encarnó su propia generación, a la que suele criticar en sus libros o en entrevistas (tanto por el machismo como por el arribismo intelectual que mostraban).
Algo similar es lo que trabaja en el capítulo dedicado al movimiento estudiantil del 2011, del cual formaron parte sus sobrinos. Quizás con la intención de que este libro sea algo más que un diario íntimo, y de dejar una constancia de la realidad nacional del minuto, es que cede su protagonismo para dar voz a los verdaderos héroes, en beneficio del punto de vista de la historia que estos ofrecen, uno menos visible por los medios de comunicación masivos.
A través de sus caricaturas, Maliki exhibe una gran capacidad de observación: captura los rasgos físicos de sus interlocutores y las frases que pudieran representarlos en ese momento, llevándolos con mucho oficio y desparpajo al papel, convirtiendo este diario de vida en un libro muy entretenido, que puede leerse fácilmente de una sentada, dependiendo, claro está, de los niveles de voyerismo de cada lector.
