Nicolás Letelier (Henobarbo): “Lo que yo conozco como crítica literaria en medios masivos no es más que un juego de poder, influencias y gustos”

YO FELIPE II segunda toma

 

Nicolás Letelier (alias Henobarbo) ha publicado Violencia barroca (2010) y Al sol invicto (2014), dos textos en donde revienta un imaginario atravesado por referencias históricas, musicales y artísticas: desde Vesalio hasta Bill Evans, pasando por Brueghel o Sawney Beane. En esta ocasión conversamos en torno a su obra, su trabajo como librero y sobre Ya se fueron, proyecto musical en donde comparte filas con el escritor Roberto Merino.

* Las imágenes que acompañan la entrevista son de autoría de Nicolás Letelier.

En Violencia barroca como en Al sol invicto hay alusiones tanto a la música como al arte. De hecho, ambos libros están construidos con imágenes y collages que complementan los poemas. Háblanos un poco de esas influencias extraliterarias.

Ojo que no son tan extraliterarias, no entendiendo bien lo que literario quiere decir. En Occidente llevamos siglos usando imágenes o música para complementar textos. En mi caso responde a la imposibilidad de poder expresar con palabras algunas ideas o conceptos, en este sentido me sirve bastante valerme de imágenes. Es también una necesidad de jugar con las formas. La creación poética no se acaba al llenar una hoja de metáforas o al escribir de forma vertical. Es necesario tensionar los modelos. Es aburrido, y los ejemplos saturan, ver  poemas que al momento de unir los versos solo quedan en un esbozo pueril de diario atiborrado de problemas edípicos o relaciones lastimadas. Todo esto puede ser, pero trabajemos o juguemos con eso.

¿Qué piensas de la categoría “escritor joven”?

Es una categoría ajena y amplia. Ajena porque nunca fui un escritor joven. Violencia barroca fue publicado cuando tenía 30 años y Al sol invicto con 34. No fui un escritor veinteañero. Amplia porque para mí esta categoría solo vale como asunto demográfico, es como la tasa de natalidad (y mortalidad), es una estructura piramidal. Mucha gente escribe (no todos publican), pero la masa de publicaciones parte a una edad temprana. Luego la cosa se va diluyendo, algunos dejan de publicar porque se aburren, se frustran, porque nunca debieron haber publicado, porque se les acaban las ideas o la fuerza, en fin, todas las variables. En todo caso es interesante ver a un escritor como Eduardo Anguita que publica Venus en el pudridero pasado los cincuenta o Lihn con  A partir de Manhattan.

Para ser sincero tampoco es un tema que me interese o importe demasiado.

 

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Violencia barroca es tu primera publicación, ¿cuándo comienzas a escribirlo y en qué momento decides que está listo?

Hay dos momentos. El primero es la etapa larvaria en que empiezo a escribir, alrededor de los veintiún años. Escribía y dibujaba en una croquera que aún guardo. De ese primer momento aparecen algunos poemas que serán parte de Violencia barroca. La segunda etapa o momento guarda relación con la idea de configurar un libro para su posterior  publicación. Aquí se supedita la composición de textos bajo la idea de publicar. Comienzo a reestructurar poemas antiguos, buscar un orden, un contexto, existe la necesidad de crear un órgano, y ese órgano medio precoz o mal gestado necesitaba ser editado al cumplir los treinta años, por una cosa medio enferma, medio obsesiva.

En ambos libros hay cierta continuidad temática, ¿escribes pensando en un proyecto poético o es más bien casual?

Para ser sincero, no poseo una imaginación desbordante así que necesariamente hay una continuidad. Mis inquietudes parecen ser las mismas desde muy niño, mis gustos se expanden y complementan pero en general parten de una base que logro rastrear hasta mi infancia.

Al menos Violencia barroca, Al sol invicto y las Variaciones a partir de la figura de Fernando Álvarez de Toledo III, duque de Alba (libro que está en proceso de creación) son parte de un proyecto que pienso reescribir en un solo libro. En este caso creo necesario refundir estos libros en uno solo.

Actualmente trabajas como librero en la Ulises de la Biblioteca Nicanor Parra, ¿qué tal es trabajar en una librería? ¿Se da la relación entre lector-librero?

Es el mejor trabajo (…si fuera bien remunerado). Es un trabajo y un oficio, no todo el que trabaja en una librería es librero, algunos únicamente son pasadores de libros. El ser librero conlleva otras gracias que se aprenden con el tiempo. Uno debe saber de catálogos, ediciones, es necesario poder hacer conexiones entre obras y escritores, poder desarrollar una sintonía fina con el cliente, saber lo que necesita. Yo llevo casi diez años en esto, estoy en la categoría de  “librero joven”.

Con respecto al lector-librero, eso depende. Personalmente no soy un ávido lector de novelas o cuentos. Me interesa la historia, el arte, la música, leo e invento traducciones de poemas… en fin, pedazos de aquí y de allá. Necesito información. Wikipedia y YouTube para mí son una delicia. Colecciono fragmentos de todo. Esto te sirve cuando eres librero.

 ¿Qué opinas de la crítica literaria en medios masivos? ¿Crees que tiene alguna relevancia al interior del campo cultural chileno?

Me imagino que está bien, no sé si tendrá alguna relevancia en el campo cultural chileno, porque desconozco el campo cultural chileno. Eso lo sabrá el señor Ottone, la gente de la SECH, la SCD, los organismos que profitan del ítem cultura. Lo que yo conozco como crítica literaria en medios masivos no es más que un juego de poder, influencias y gustos, cosa que me parece bastante interesante, porque guarda una relación más fidedigna con el ser humano, una relación bastante más real que la que algunos ilustrados puedan decir de lo que es o debe ser cultura.

En los últimos años hemos presenciado el boom de las llamadas “editoriales independientes”. ¿Qué ves de bueno y malo en este escenario?

De bueno todo, no sabría decir qué tiene de malo, además estas editoriales se articulan y se quieren entre ellas, existe bastante hermandad. Lo veo como una más de las posibilidades que existen de editar, quizás la más interesante. Además en los últimos han hecho el esfuerzo de recuperar autores olvidados o ediciones desaparecidas. Gracias a ellas habrá un exponencial crecimiento de la categoría “escritor joven”.

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Además de la poesía, tienes un proyecto musical que tiene entre sus creadores a Roberto Merino. ¿Cómo es que deciden armar una banda y cuáles son las proyecciones que tienen?

Sí, es un bonito proyecto, aunque ahora más que proyecto es un hecho, sacamos un disco por cápsula y estamos en proceso de mezcla del segundo. Desde mis años colegiales hago música, fui parte de Puta Marlon hasta el año 2009 si mal no recuerdo, pero tuve que retirarme porque estaba medio cagado de la cabeza. La banda se iba de gira por Sudamérica y en mi estado con suerte me trasladaba de mi casa a la sala de ensayo, además estaba adquiriendo mayores responsabilidades en la librería. En fin, postergué por un tiempo la música.  Cuando conocí a Roberto siempre hablamos de música y de la posibilidad de hacer música…divagábamos en esa idea, hasta que le dije que nos juntáramos a hacer algo. Primero nos reuníamos en su casa y luego en un sala de ensayo donde estaba mi compañero y amigo Sebastián Astorga  junto con Felipe Mujica. Tocamos y hubo onda. De ahí en adelante solo ha sido crecer. Yo veo a “Ya se fueron” como una comunidad, o me gustaría que fuera como una comunidad de músicos. Por otra parte tengo otro as bajo la manga, que es “El gran rey pan”, donde con Felipe Astudillo desarrollamos la improvisación y el collage o pastiche musical. Llevamos dos discos y estamos trabajando en la tetralogía de la junta militar. Tener una banda es una excelente excusa para tomar cerveza y juntarse con los amigos, cosas que empiezan a escasear después de los treinta. A veces pienso que si uno quiere crear, es necesario hacer, pero hacer de todo…exponerse y resguardarse, bombardear, de todo eso algo tiene que salir. Para crear uno debe cavar una trinchera.

¿Qué estás leyendo ahora?

Algunos capítulos del segundo tomo del Renacimiento en Italia de John Addington Symonds. Editado por el Fondo de Cultura Económica en los albores de la Humanidad es un libro valiosísimo, tarea titánica de un hombre decimonónico. Es una obra que busca ser un compendio de todo lo sucedido en la Italia renacentista, es decir, recoge política, ciencia, pintura, letras, etc. Symonds es un personaje bastante interesante, gran biógrafo, se carteaba con Whitman, era un abierto defensor de la homosexualidad. Tiene un libro sobre la ética griega donde habla sobre la pederastía, fue censurado por largo tiempo.

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Una lista de los 10 libros que sean imprescindibles para ti.

No, para eso está Harold Bloom o gente a la que le gusta armar cánones o listas. Ningún libro es imprescindible, quizás el poema de Gilgamesh o el Pentateuco o el Bhagavad gītā… y esto gracias a su carácter fundacional.

Un video de YouTube que hayas visto últimamente.

Varios, pero dos sobresalen.

Los videos del comediante Dave Chappelle como Tyrone Biggums, un vagabundo adicto al crack. Para recagarse de la risa.

Un grabación de “Matching Mole” para la televisión francesa de 1972. Nunca había visto a Robert Wyatt golpear tan fuerte la batería.

https://www.youtube.com/watch?v=fGFKqBzF_Tg

Jonnathan Opazo

Publicó "Junkopia" (2016), "Cangrejos" (2018), "Baja fidelidad" (2019) y "Cian" (2019).

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