Allende, el revolucionario (Fabián Cabaluz, Pedro Rosas & Cristian Olivares)

Allende, el revolucionario (2023)

Fabián Cabaluz, Pedro Rosas & Cristian Olivares

Pehuén
ISBN: 978-956-16-0877-1
82 páginas

 

 

Allende total
Por Arnaldo Delgado González¹

 

 

El Allende estudiante, dirigente médico y secretario general; el Salvador diputado, ministro y senador. El candidato, el compañero; el presidente y el revolucionario. Allende, el revolucionario, de Fabián Cabaluz, Pedro Rosas y Cristian Olivares, es el segundo de los Cuadernos de memoria y utopía publicados por Pehuén en el aniversario cincuenta y tres de aquel 4 de septiembre y en el, a secas, quincuagésimo aniversario de aquel martes 11. De lectura rápida, en virtuosa relación con su calado formativo, los autores, a través de sus cinco capítulos, proponen desfetichizar al Allende estatua, al Salvador estampita, para dotarlo de su más pleno complejo de relaciones políticas: el Allende de carne democrática, sangre pluralista, nervio internacionalista y hueso soberanista. Ubicados en la entraña de ese Salvador sin pasta mesiánica, como el mismo referido dijo en un acto en 1971 (“Yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado”), Cabaluz, Rosas y Olivares tienen la virtud de desmetalizar al Allende monumento, de bajarlo de la elevación del plinto y de acercarlo como material al común. Del Salvador descomunal al Allende comunal, del metal de la estatua al metal de la herramienta.

Un libro herramienta. Dicen los autores: “estudiar el legado del ‘compañero presidente’ […] no con fines enciclopédicos o meramente eruditos, sino con el propósito de robustecer las luchas sociales y políticas que se despliegan en el tiempo presente”. En las materiales páginas de su herramienta libresca, Cabaluz, Rosas y Olivares repasan al Salvador entero, aquel que, muchísimo más allá de los tres años de Unidad Popular, bregó por la acumulación de músculo social durante ese corto siglo XX que se inauguró con el nombre Luis Emilio y que culminó con su apellido mismo: Allende. ¿El fin? La educación política. Dicho esto, todo libro con pretensiones de material/herramienta debe modular su registro escritural en virtud de un lector prefigurado. Los autores lo hacen: “el texto que ponemos a disposición es de carácter introductorio y se dirige fundamentalmente a jóvenes militantes, educadores/as populares e integrantes de organizaciones sociales y políticas”.

Al leer Allende, el revolucionario, es ineludible pensar en aquellos materiales-herramientas que, impresos por Quimantú en los 70, nutrían las bibliotecas de un pueblo que leía: los Cuadernos de educación popular de Marta Harnecker. Cual tributo al material-herramienta antepasado, este segundo volumen de los Cuadernos de memoria y utopía se enraíza en sustrato pariente al de los cuadernos abuelos, sin embargo, con una diferencia fundamental que tropieza la secuencia del linaje: el pueblo ayer es trágico despoblado hoy. De allí una de las características de esta colección en general, y del cuaderno de Cabaluz, Rosas y Olivares en particular: una colección que, tributando a la utopía y la memoria, se dispone a repoblar el des-pueblo, desmetalizando, en este volumen específico, la nervadura de un Allende total. Un Salvador Allende, entonces, para los desafíos del enrarecido periodo nuestro, de sociedades despobladas, que vale más en el calor de la sangre viva que en el frío metal de la estatua.

Arnaldo Delgado González es miembro del Centro de Investigación Transdisciplinar en Estéticas del Sur (CITES) y docente universitario. Magíster en filosofía y licenciado en artes con mención en composición, ambos de la Universidad de Chile. Columnista de la sección Más voces del podcast La Cosa Nostra. Autor de Comunalización. Materiales para una filosofía del pueblo (Prometeo, Argentina, 2023), Prolegómenos sobre el esteticidio, hacia una estética de lo común (Itaca, México, 2020) y Abecedario para octubre, 27 micro-ensayos desde la revuelta popular (Ventana Abierta, Santiago, 2020). Nació en Osorno, Chile, 22 días antes de la caída del muro de Berlín, 57 días antes de las primeras elecciones en Chile después del “No” a la dictadura y 29 años y 364 días antes del 18 de octubre de 2019.

 

 

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