Emina Himesama: “Se hace manga en Chile y se hace bien”

 

Se dice que el fenómeno explotó durante y posterior a la pandemia: el manga comenzó a llegar de forma masiva a Chile y dejó de ser un producto de nicho. Pero la cultura manga-animé ya estaba instalada hace muchísimo tiempo en el país. Lo que poca gente sabía es que la publicación de cómics estilo manga llevaba varios años creciendo en Chile, de la mano de una camada de dibujantes de gran calidad. Entre ellas, Emina Himesama (seudónimo), apareció como una de las pocas chilenas en publicar en la plataforma surcoreana Webtoon una serie original de ciencia ficción que al día de hoy lleva más de dos millones de lecturas y cerca de ciento cuarenta mil suscriptores. Pese a las buenas cifras, aquel trabajo la dejó exhausta. Pensar una historia, guionizarla, elaborar el story board, reunirse con el editor, dibujar, pintar. Son las exigencias de un trabajo de plena dedicación que implica mucha disciplina.  

 

– ¿Cuál es la rutina de Emina Himesama?, ¿qué peso tiene en ella el dibujo?

Mi rutina comienza con despertarme temprano y dormirme temprano; la única manera de mantenerme más o menos cuerda con este trabajo es dormir mis 7-8 horas diarias sagradamente. Comienzo mi día generalmente a las 8 a.m. Tomo desayuno, intento leer algo y comienzo a trabajar. Hace poco comencé a retomar hábitos como la lectura, escribir y bocetear media hora, respectivamente, antes de comenzar a trabajar. La jornada de trabajo se alarga hasta las 12:30-13:00 para poder almorzar/cocinar y vuelvo al trabajo a las 14:00. Ahí intento trabajar hasta las 18:30 pero hay veces en que, cuando tengo muchas cosas que hacer, puedo estar hasta las 22:00 trabajando. No hay mucho espacio para el descanso en tiempos de entrega, pero cuando todo es más relax, intento de jugar, ver una peli, salir a caminar, socializar y a dormir.

Me dicen que soy una abuela porque me da sueño temprano jajaja, pero es lo mejor poder tener siempre las horas de sueño bajo mi control y no al revés.

Gracias a ello puedo estar enfocada mejor; odio las rutinas, pero son súper necesarias en este trabajo que requiere mucha disciplina.

  

– El camino para quienes quieren publicar tiene cierto parecido: difundir su trabajo en redes, ir a ferias, vender sus obras en fanzine. Cuéntanos un poco cómo empezaste a trabajar dibujando cómics y cuáles eran tus aspiraciones al comienzo.  

Empecé dibujando manga para mí misma hace años, en cuadernos de matemáticas y blocks de dibujo chico (de esos que tienen casi el tamaño de un manga integral). Me gustaba la idea de sacarme las ideas de la cabeza imitando a los mangakas que me gustaban. Nada elaborado, solo eran dibujos con lápiz mina y —a lo mucho— entintadas con rotuladores. Nunca las publiqué o demases, así que se quedaron solo conmigo, hehe. Ya para el 2014 quise hacer un manga de una historia que me encanta (hasta el día de hoy), pero no tenía nada de habilidades, sentía que quería hacerlo bien así que tenía que seguir practicando; ya sabes, la única manera de aprender a hacer manga es haciéndolo, así que creé una historia corta para practicar: Tweeling!

Hice dos capítulos completos que publiqué como fanzine en 2015-2016 y con esas páginas de “muestra”, y por necesidad, comencé a buscar trabajo haciendo manga.

Nunca pensé en hacer manga profesionalmente, siempre lo consideré un hobbie porque me gustaba dibujar, pero la necesidad atacó. No tenía trabajo en lo que había estudiado y un amigo me dijo que buscara trabajo haciendo manga. “¿Se puede ganar plata con esto? Mish”, recuerdo que le dije, jaja. Y así encontré a un escritor que me contrató para dibujar Gigantic at 5’4, un manga shonen de comedia romántica. Y ya son casi 8 años y contando. Así que mi motivación fue: el dinero —inserte meme de don cangrejo—.

Hace dos años Emina, actualmente viñamarina, publicó su primer manga en físico por la editorial Visuales, misma que tiene un nutrido catálogo de cómic y manga nacional. También fue contactada por Editorial Planeta para sumarse al catálogo de cómic nacional donde comparte vitrina con otras dibujantes como Paulina Palacios, Pía Prado Bley y Daniela Thiers.

– Publicaste Tweeling! el año 2022, una comedia escolar de dos gemelos muy opuestos que intercambian sus posiciones. En él resalta tu capacidad para construir personajes muy característicos, con personalidades que logran un juego de convivencia muy marcada por los chascarros y un humor muy evidente. ¿Cómo piensas una historia a partir de la personalidad de tus personajes?

Uff, la verdad es que pienso en las situaciones chistosas que me han ocurrido a mí y veo si calza con alguna personalidad en la historia. Soy muy despistada así que tienden a pasarme varias tonteras; ideas no me faltan, haha.

Me gusta buscar inspiración en experiencias o ideas de otras personas y digo: “Ah, esto puedo usarlo” y lo escribo altiro para que no se me olvide. Si es una idea que vive mucho tiempo en mi cabeza (porque la encuentro graciosa), entonces acabo usándola, sin embargo, hay varias que mueren en la aplicación de notas. Y con eso puedo contar la historia principal sin pensar demasiado en cómo unir cada escena; soy una fiel creyente de que los humanos somos muy random y nos pueden pasar miles de cosas distintas en un día y seguir contando la historia principal de nuestras vidas. Eso es un poco Tweeling! (o lo intento, haha).

 

Alfa comenzó a publicarse en Webtoon a un ritmo frenético para las condiciones de trabajo que propone la plataforma. Aun así, es una historia que trabaja bien la intriga y construye un mundo futurista atractivo. ¿Qué crees que tenga la ciencia ficción que hace tan interesante este mundo donde la tecnología parece empujarnos a tiempos apocalípticos?

Pucha, siempre me ha gustado muchísimo la ciencia ficción, pero siento que aún me falta mucho por conocer del género. Sin embargo, creo que lo que a mí personalmente me atrae, y que puede coincidir con mis lectores, es que me gusta ver cómo alguien podría desenvolverse en un mundo completamente distinto al del presente, intentando “prever” cómo sería la vida en un futuro en el que quizás ya no estemos para contemplarlo. Espero que no sea tan catastrófico como lo planteo en ALFA pero, siento que de algún modo, vamos derechito para allá, haha.

– En tus cómics la influencia más evidente es CLAMP. ¿Qué otras influencias consideras importantes para tus cómics y lo que quisieras realizar más adelante?

Mis influencias son puramente mangakas. CLAMP es indiscutiblemente una de las más fuertes, pero también me encanta el trabajo de Yoshiyuki Sadamoto, Wataru Yoshizumi y de Demizu Pozuka. Los tres tienen estilos muy distintos y su manera de narrar en los diferentes géneros y demografías y es súper enriquecedor e instructivo. Atsushi Ohkubo me gusta mucho en Soul Eater, en esa obra en particular es inspirador (sobre todo con los diseños de personaje). Y ahora último, estoy muy metida con el arte de Tokyo Genso. Es un artista increíble. Y en cuanto a libros, ahora estoy leyendo uno de Robert L. Anderson llamado “Sueños”… Quiero más adelante hacer algo de sci-fi que tengan que ver con el mundo de los sueños. No lo sé, soñar es gratis.

 

– Entre las breves e inofensivas polémicas que se dan en redes sociales, hubo una donde un artista planteó que no podía hablarse de algo así como “manga chileno”. ¿Estás de acuerdo con aquello? ¿Qué piensas al respecto?

Uff, esta polémica siempre da para más polémicas porque siento que es una decisión personal llamar a tu trabajo “manga” y si alguien dice lo contrario hay que pegarle un charchazo (no, mentira), haha. Creo que actualmente las puertas de los mismos creadores y promotores del término están abiertas a que exista, justamente, manga en otros países. Hoy en día vemos cómo la mismísima Shonen Jump abre sus puertas a través de su plataforma en Manga Plus Creators para que dibujantes de todas partes del mundo fuera de Japón puedan crear manga. Así mismo, ha existido el famoso concurso internacional de Manga: Silent Manga Audition, que durante años ha promovido la creación del manga desde cualquier parte del mundo, y mejor aún, da la oportunidad a cualquiera de ir a Japón y comenzar una carrera de mangaka en el país. Y así hay varias otras instancias importantes donde Japón ha abierto sus brazos para darnos la bienvenida a usar el término sin recelo, ¡es increíble lo mucho que los mismos japoneses nos han dicho: “¡Hey, hagan manga, es maravilloso este mundo!”.

Entonces, sabiendo esto, creo que sería un poco terco decir: “No se hace manga en Chile porque no son japoneses”. Se hace manga en Chile y se hace bien. Tenemos exponentes importantísimos de los que nos deberíamos sentir orgullosos, como Saikomic y Paulinaapc. Y actualmente hay editoriales que están apostando por el manga nacional porque hay y es muy bueno. Desde editoriales más independientes como Sketchi, pasando por Visuales y MangaLine hasta las más grandes como Editorial Planeta. Así que, en corto, sí, soy mangaka, porque dibujo manga. :’D

– Algo muy interesante y valioso que se da, en su mayoría, entre el mundo de las y los ilustradoras/es chilenas/os es el apoyo mutuo, las páginas de felicitaciones al final de las obras impresas, la difusión y aliento constante. Dentro del panorama hay artistas reconocidxs y con mucha visibilidad. ¿Podrías mencionarnos algunxs artistas que consideres importante conocer de Chile y que quizás podamos entrevistar en este espacio?

Me enfocaré solo en mangakas esta vez: creo que la primera que se me viene a la cabeza es la Pauli (Paulinaapc). Su trabajo y trayectoria podría ayudar a muchos a comprender cómo se trabaja en este campo. Además, tiene muchísima experiencia y ha logrado lo que muchos no han logrado: ser bestseller. Ella es seca, así que recomendadísima.

Además de ella, el Saiko (Saikomic) es quien ha logrado fomentar muchísimo la creación de manga dentro y fuera del país y eso me encanta. Le ha dado el valor a los más jóvenes para atreverse a sacar sus propios mangas y divertirse haciéndolo. Es un seco también.

Pía Prado y Karla Diaz son mujeres mangakas importantísimas dentro de Chile. Llevan años de trayectoria y lograron hacerse un espacio con sus mangas en el tiempo en que los mangas chilenos eran menospreciados, incluso por los del mismo gremio de dibujantes. Ambas tienen mucha experiencia, han ganado premios y han sido invitadas a convenciones importantes fuera de Chile. Ambas secas por todo lo que han logrado con su trabajo.

Y por último me gustaría recomendar a algunos mangakas que están recién comenzando pero que tienen mucho potencial, como Bambii (Brujimarket), Mekanel (AKUMA), Nikoru (SERES) y Rat (Jane The Killer).

Nicolás Meneses

Profesor y editor. Autor de diversos libros.

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