Distancia y Proximidad (2023)
Thomas A. Clark (1944), traducción y epílogo de Andrés Anwandter
Editorial Overol
ISBN 978-956-6137-50-4
112 Páginas
Por Bernardita Muñoz
Antes de escribir necesitamos tomar una posición. Así la voz propia se construye desde la pertenencia o la exclusión. La insiderness, o contar una historia desde el interior, nos da acceso a los acontecimientos, intimidad y conocimiento. Pero la comodidad de sentirse a gusto en el hogar también nos puede aburrir y enceguecer. Al sumergirnos en nuestro contexto como un pez en un río, hacemos oídos sordos a las injusticias que reproducimos.
La outsiderness o contar una historia desde el exterior, nos arroja por el contrario a la otra orilla. Los extranjeros, si bien pueden no entender las bromas, dichos o ironías, acceden de golpe a las faltas, sombras y límites de una historia, lenguaje o cultura. Pero esta capacidad de develar la opresión puede también terminar reproduciendo generalidades y estereotipos que no aportan nada nuevo.
Aunque ambas posiciones acarrean limitaciones y beneficios, ninguna en sí misma nos da la mirada completa. Para ver una figura necesitamos replegar el resto al fondo, y viceversa.
En el libro de Thomas A. Clark, bellamente traducido y prologado por Andrés Anwandter y recientemente publicado por Overol, el poeta escocés nos sugiere en su título un constante devenir entre el adentro y el afuera. Nos invita a tomar el camino rural, cruzar la pampa, observar por horas el mar, mirar el reflejo de la luna, nuestra sombra proyectada sobre las cosas o los pastizales meciéndose al viento. Se trata de avanzar con calma, como si cada poema fuese una piedra por donde atravesar un estero.
Clark nos convence con palabras comunes y corrientes de que aún es tiempo para salir a dar una vuelta. Incluso si nos perdemos, habremos encontrado algo. Sus poemas no son claves, llaves ni acertijos. No contienen trampas, simulacros ni nos cortan el paso con erudiciones ni referencias a obras herméticas. Su prosa breve nos alienta a perder el miedo. Después de todo ‘convicciones, direcciones, opiniones, importan menos que unos zapatos cómodos’.
Pero si bien caminar puede ser democrático, acceder a caminos de tierra que conducen a parajes naturales es cada vez más difícil. Este libro se torna entonces necesario. Clark y Anwandter tocan a nuestra puerta y nos invitaran a salir de nuestro ensimismamiento, tomar un camino rural, olvidarnos del reloj, y simplemente avanzar de ida y de vuelta con los sentidos abiertos. Sentencia a sentencia nos vamos distanciando de nosotros mismos para aproximamos a lo que echábamos en falta.