La mirada quieta (de Pérez Galdós) (2021)
Mario Vargas Llosa (1936)
Alfaguara
ISBN 978-956-384-311-8
352 páginas
El título La mirada quieta (de Pérez Galdós) es el juicio conclusivo sobre la obra de este autor reseñado. Lo anterior, porque Vargas Llosa en su estatus de autor reseñador quedó impresionado “con el mundo quieto” que este inventó, en razón de la objetividad y de la moralidad estampada en sus ficciones.
La llegada al juicio conclusivo –el de la quietud– se da tras un exhaustivo trabajo de dieciocho meses leyendo una selección casi censal de las ficciones narrativas y dramáticas de Pérez Galdós. Tal selección incluyó a todas las novelas, 28 en total; todas las obras dramáticas escenificadas, las que suman 24; y toda la colección de los Episodios nacionales, la cual reúne a 46 episodios en 5 series. En consecuencia, este ensayo es una convicción formada tras una extensa lectura, distanciándose de juicios aislados y de afirmaciones desordenadas, dándole validez a su contenido.
En base a su propia selección, Mario Vargas Llosa no considera perfecta la obra que leyó, no todo está logrado en Benito Pérez Galdós. Esto se demuestra con las evaluaciones negativas a algunas novelas por no tener un narrador, usar palabras grandilocuentes, crear personajes inverosímiles, redactar de mala manera y organizar con insuficiencia, entre otras varias. En contraste figuran novelas totalmente logradas como son: Doña Perfecta, Gloria, La desheredada, Lo prohibido, Fortunata y Jacinta, Torquemada en la hoguera, Ángel Guerra y Misericordia.
Esta evaluación positiva y negativa se replica con similitudes y diferencias en la selección de la obra dramática y en los Episodios nacionales, donde también no todo está logrado, pero de que hay logros, los hay.
La examinación hecha por Vargas Llosa emite también un juicio conclusivo sobre el autor, preguntándose y respondiéndose: “¿Fue un gran escritor? Lo fue (…) en el siglo XIX y comienzos del XX, no hay ninguno de sus compatriotas que tenga semejante dedicación, inventiva, empeño y la soltura literaria”. La ponderación hecha en esta cita, implica tener como indicadores el tiempo y el lugar en que vivió Pérez Galdós, igualmente, que su modo de trabajar es un antecedente válido para la calificación. Entonces, aunque no toda la obra seleccionada se evalúa positivamente, sí se lo califica como un gran escritor por haber tenido logros en su contexto.
Una reflexión que aparece unas cuantas veces es el descrédito a la Iglesia Católica en España por parte del reseñado y que el reseñador profundiza. En detalle, el rechazo por el comercio y por la modernidad de la religión católica implicó el estancamiento del crecimiento, el impedimento del desarrollo y el aumento de la pobreza en España, lo cual incidió también en la opresión de la persona humana y en especial de la mujer. De hecho, a Pérez Galdós se le asociaba con el librepensamiento, pero no por eso fue cercano a los masones como se podría suponer, contrariamente, en los Episodios nacionales los descalifica y los ubica como antagonistas por haber apoyado la invasión napoleónica.
Este libro –como un ensayo literario que es– deja dos aportes a la literatura: uno es la examinación crítica a Benito Pérez Galdós, y el otro, es la examinación crítica de Mario Vargas Llosa. En otras palabras, el texto tiene una bivalencia por adentrarse a una obra y por cómo se adentra a esa obra, que son asuntos claramente relacionados, pero que tienen también un valor por separado. Dado el doble aporte o bivalencia, el lector podrá querer leer al reseñado usando las orientaciones que el libro comentado entrega y/o querer leer del reseñador sus libros sobre literatura, produciéndose quizás, la paradoja de querer saber más del segundo que del primero, para así informarse sobre estilos de escrituras para una ficción y/o para hacer crítica literaria, en pocas palabras, para conocer el canon Vargas Llosa.