Los chicos de la Nickel (2020)
Colson Whitehead (1969)
Literatura Random House
ISBN 9788439735892
224 páginas
Colson Whitehead es un autor estadounidense que adquirió un merecido reconocimiento internacional gracias a la publicación de El ferrocarril subterráneo novela con gracias a la que se le concedió el Premio Pulitzer del año 2017, en la que una agrupación abolicionista clandestina ayudaba a los esclavos a escapar hacia los estados libres de EEUU. Apenas tres años después se le concedió el mismo galardón, esta vez por Los chicos de la Nickel, lo que lo convierte en un autor de cierta relevancia entre sus pares norteamericanos.
“La Nickel era el colmo del racismo —la mitad de los que trabajaban allí seguramente se ponían el disfraz del Klan los fines de semana—, pero , tal como lo veía Turner, la maldad era algo más profundo que el color de la piel. Era Spencer. Era Spencer y era Griff, y eran todos los padres que dejaban que sus hijos acabaran allí. La maldad eran las personas”
Elwood Curtis es un muchacho de raza negra un tanto atípico. Inusualmente pujante para el ambiente de pobreza y discriminación que lo rodea en un Estados Unidos previo a la igualdad de derechos raciales, que crece con los discursos e ideología de Martin Luther King en su cabeza y que sueña y se esfuerza por llegar a tener educación superior, un día es apresado injustamente. El motivo principal es su color de piel. Y como a otros tantos muchachos, niños, es llevado a la Nickel, una especie de escuela-reformatorio, que se vanagloria de enrielar a sus alumnos, pero que resulta más bien en un campo de torturas infantil, especialmente cruento si eres negro en un país segregacionista.
Llega a la Nickel todavía con algunas esperanzas, creyendo que ese lugar puede darle una oportunidad a través del estudio y esfuerzo propio, pero pronto se dará cuenta de la realidad, de las golpizas, el abandono, los asesinatos por motivos raciales, donde todo el sistema, incluso aquel que se extiende fuera de la Nickel, da las espaldas a una realidad que no es completamente desconocida, sino que aceptada como si se tratara de una suerte de orden natural. Turner, su amigo dentro de la Nickel, es la contracara de Elwood: es un cínico de carácter y cree que hay que darles a los blancos lo que se merecen, y salir por sí mismo, con un egoísta individualismo, desprovisto del compañerismo racial que sí posee Elwood.
Los chicos de la Nickel está basada en casos reales de reformatorios, en específico en uno de Florida que según informa el mismo libro, “estuvo en funcionamiento durante más de un siglo y destrozó la vida de miles de niños”. Y cuando dice destrozó, lo dice de manera literal: la novela parte con el hallazgo de los cementerios oficiales y clandestinos de los patios o terrenos donde se emplazaba antiguamente la Nickel, lo que pone en movimiento a uno de los protagonistas de este relato para volver al lugar, y enfrentar por fin sus miedos contra toda esa barbarie.
“Aprendieron de sus padres a mantener al esclavo en fila y fueron transmitiendo esa herencia brutal. Arráncalo de su familia, azótalo hasta que lo único que recuerde sea el látigo, encadénalo hasta que no piense en otra cosa más que en cadenas. Una temporada en una caja de sudor metálica, con los sesos cociéndose al sol, y hasta el más pintado se derrumbaba. Lo mismo una celda oscura, un cuarto sumido en la oscuridad, fuera del tiempo”.
Colson Whitehead, tal como en el hermoso El ferrocarril subterráneo vuelve a escribir un relato estremecedor sobre la lucha racial y la debacle que significó y lamentablemente sigue significando en Estados Unidos. Es una novela que empieza en el pasado pero que temáticamente se traslapa en el presente, donde esa lucha racial continúa, cambiando sus métodos, pero manteniéndose ahí, latente, atroz, todavía capaz de destrozar vidas como la de estos niños que pasaron por la Nickel, principalmente por tener un color de piel determinado.
