Matapiojos. Ficción contemporánea chilena (Varios autores)

Matapiojos (2021)

Aldo Berríos (antologador)

Aurea Ediciones

ISBN 978-956-6021-61-2

183 páginas

 

Las antologías, como formato, han discurrido por distintos caminos: desde el loable intento por presentar a nuevos autores valiosos, hasta instrumento de promoción de algún conglomerado editorial, como mera reunión de amigos y afines hasta conjunción de poéticas análogas que sirven para instalar un discurso y la idea de pares dentro del panorama literario, solo por nombrar algunas de las posibilidades. Pero a pesar de los distintos fines que pueda tener una antología, nos parece que desde el punto de vista del lector siempre resulta valiosa, porque lo expone a una variedad de registros, que llevan inevitablemente al descubrimiento de nuevos textos y autores.

Matapiojos, si atendemos a su prólogo, se ofrece como una selección de ficción contemporánea que discute con cierta idea de la primacía de la autoficción en nuestras letras, o de un resabio de influencia del boom latinoamericano. Podrá uno estar de acuerdo o no con los supuestos que sirven de excusa para reunir un cúmulo de autores que ya poseen algún recorrido y, sin embargo, dicha reunión —decíamos antes—arroja un resultado favorable. Matapiojos, si bien posee los altibajos que en cualquier antología parece imposible esquivar debido a las distintas tesituras y, por qué no decirlo, desnivel entre autores, cuando se lee la última página permanece una sensación agradable, al constatarse que el cúmulo de voces posee registros muy distintos e identificables unos de otros y temáticas y preocupaciones que también pueden distinguirse con facilidad.

Lo primero que llama la atención del conjunto es que el realismo como género cede un espacio importante ante otros géneros como la ciencia ficción, fantasía o distopía. Lo anterior es curioso, porque más allá de la inclinación editorial, vistas sus anteriores publicaciones sabemos que la mayoría de los autores seleccionados se sitúan normalmente en una escritura realista y, sin embargo, para esta antología gran parte de ellos escribe relatos que poseen aspectos distópicos, o cuya temporalidad termina avanzando más allá de nuestro tiempo presente. Lo anterior sin considerar a aquellos relatos y autores que se asientan derechamente en el género de la fantasía o ciencia ficción.

Dicho lo anterior, no queda más que cometer la injusticia de revisar algunos de los relatos que, casi arbitrariamente, mejor podrían fijarse en la memoria del lector una vez pasada la última página:

“Nélida”, de Simonetti, debe ser uno de los cuentos más altos del conjunto. Trata sobre unas mujeres mayores que en torno a una conversación van desentrañando sus memorias y demonios, las cosas que hicieron durante dictadura y las que permitieron que se hicieran. Un cuento que relata la cómoda sobrevida de un grupo de gente a la que la justicia nunca alcanzó, nunca perdieron sus privilegios, pero sobre las que siempre se ciñe una sombra. La virtud del relato está, precisamente, en lo no dicho, en la sutileza con cómo se expresan o esconden los miedos, en cómo hay una historia oculta que pasa de boca, y cómo se entregan y reciben esa sombra sobre su propio pasado.

“El oso”, de M. M. Kaiser, es un relato que desde el realismo rápidamente decanta en una suerte de distopía. Un corpóreo, un trabajador, es golpeado, maltratado y humillado. Su derrotero avanza en paralelo a su intención de conseguir volver a su casa, dentro de ese traje sonriente del que no puede escapar por algún defecto en su cierre. La breve historia crece cuando el oso termina siendo el cabecilla o inspiración de una marcha animalista, en una escena análoga a la de Chaplin en Tiempos Modernos en la que, por un giro humorístico y sardónico, termina encabezando y sufriendo una marcha de trabajadores.

“La oscuridad de las profundidades” es un cuento del género fantástico de Alberto Rojas M., una suerte de reversión del mito chilote de la Pincoya. Es un relato que funciona, como demanda su género, gracias al ritmo y tensión que el autor logra provocar y sostener durante toda la narración, y el crescendo de la historia. Alberto Rojas muestra pericia en el género y cierra su participación con este relato entretenidísimo y de un ritmo galopante.

“Tarocchi” de Carlos Basso, es un relato inteligente sobre una especie de anticuario y falsificador, que recolecta cartas del tarot, pero no cualquier carta, sino que cartas antiquísimas, con imágenes únicas, que convierten a su protagonista en un erudito en ese arte. Es una narración que transita por el género del thriller, que también tiene un alto grado de tensión y ritmo y que, en su encantador personaje principal, sustenta una historia que fácilmente podría ser ampliada a una novela o incluso llevada a registros audiovisuales.

Las antologías, en comparación con la profusión de ellas que hubo en algún momento de los noventa, parecieran haber perdido interés en el mercado. Es cierto, la aparición de nuevos métodos de impresión que han multiplicado las publicaciones, aumentando la diversidad de registros, así como las webs, blogs, redes sociales, que ha dado inmediatez a la forma en que se distribuye el trabajo de algunos escritores, han hecho que las antologías sean apenas una de las tantas opciones disponibles para conocer a nuevos autores, quitándoles peso dentro de ese panorama diverso. Es por lo anterior que cuando Aurea Ediciones se arriesga a editar una antología en toda regla no deja de ser un riesgo, una aventura y, finalmente, una alegría para cualquier lector curioso. Matapiojos es de todas maneras, una publicación que más allá de los gustos personales y diferencias entre los autores, cabe destacar en el horizonte de novedades del año.

 

 

 

G. Soto A.

Cofundador y administrador de Loqueleímos.com. Autor de "Liquidar al adversario" (2019, Libros de Mentira).

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *