Helicópteros. Poesía reunida (Erick Pohlhammer)

Helicópteros. Poesía reunida (2022)

Erick Pohlhammer

Ilustraciones de Samy Benmayor

ISBN 978-956-214-233-5

Páginas: 224

 

 

Erick Pohlhammer es una persona atípica en la multiplicidad de pasiones que ha ejercido. Es exfutbolista, exboxeador, exprofesor de castellano, exparticipante en reality shows y programas de concursos televisivos. Desde su juventud ha sido un hombre de múltiples intereses, los que ha ejecutado sin quedarse en el amateurismo en el que la mayoría de las personas nos quedamos. Y cualquiera que lo haya visto en sus apariciones públicas podrá dar cuenta de su personalidad festiva, alegre, incluso excéntrico.

Helicópteros. Poesía reunida, es una antología que recopila la obra de toda la vida literaria de Erick Pohlhammer. No es un “obras completas” simplemente porque el editor ha hecho una selección exhaustiva de sus mejores poemas. Un detalle interesante es que dentro de Helicópteros. Poesía reunida se mantiene una división interna por publicación o libro, es decir, la primera parte se titula “En tiempos difíciles (1979)” y recoge siete poemas de ese poemario, la segunda sección es “Es mi segundo set de poemas (1985)” de donde recoge otros siete; sigue con “Gracias por la atención dispensada (1986)” de donde toma otros cinco poemas; la genial “Vírgenes de Chile (2007;2020)” de donde recopila veintiún poemas, y así, continúa con cada publicación del autor: “Me que la vaca mu (2013)”, “Bajo la influencia de la poesía (2017)”, hasta llegar a los textos inéditos o publicados de manera suelta, que no han formado sino hasta aquí parte de un mismo corpus y que se dividen en los muy destacables  poemas futboleros “Poemas redondos”, en “Poemas dispersos”, “Respira (poemas inéditos)”, y en “Poeta en la UTI”, que fueron escritos durante una anterior estadía del poeta en la UTI.

En su prólogo, Martín Hopenhayn introduce un concepto para poder englobar y referirse a la manera en que Erick Pohlhammer entiende y escribe poesía. Dice de él que se trata de un poeta “sagrano, neologismo que funde lo sagrado y lo profano”, ya que va “de reverencia en reverencia con diáfana irreverencia, sin importar el estatus de su objeto —sea la Virgen de La Granja, el taquito de Gorosito o la ola de los surfistas—.” Esta aproximación a su obra resulta acertadísima para comprender los procedimientos del autor. Así como en su primera época se hizo reconocido dentro de ciertos círculos universitarios, leyendo su connotado poema “Helicópteros”, helicópteros que en Chile fueron medio de matanza y desaparición forzada, poema donde habla de la dictadura, en plena dictadura, eligiendo algo accesorio a ella pero que, al mismo tiempo, resultaba tangible, cotidiano e instrumento de terror para cualquiera que estuviera vivo en Chile en aquella época. Decíamos, así como en su primera época habla de la dictadura sin mencionarla, ya en 1985 escribe un poema hermoso como “Usted” donde interpela a la mujer amada, una mujer común, pero sin jamás olvidar que ella es pura idealización, que viaja en la micro mientras sufre la vida cotidiana:

“Usted va en la micro

la 4 la 1 o la Matadero Palma

va aburrida va preocupada va alegre

casi no va porque viene dormitando

después de un día intenso de trabajo

va pensando que sus hijos no la respetan

o que estuvo bien que peleara con su expololo celoso

aunque todavía siente amor por él

usted no va llorando por él, usted va llorando porque se siente sola

usted es buena

moza pero hoy día se ve pésimo

porque así lo decreta su pensamiento

usted es yo que ahora está escribiendo

y no sabe qué decir porque no es escritora (…)”

(extracto de “Usted”, 1985, de “Este es mi segundo set de poemas”)

 

Pohlhammer va haciendo, por medio de la poesía, que todo lo fútil se vuelva objeto poético en sus manos, porque en su mirada eleva la condición de lo doméstico y de las cosas materiales a la de, precisamente, objetos dignos de ser llevados a la poesía, desmitificando la poesía por una parte y por otra, dándole un mayor valor a esa cotidianeidad. Dice el poeta:

“Qué maravilla es jugar taca taca

                              en junio, sin reloj, y relámpagos

con lluvia oblicua sonando en sonoros techos de zinc

o fonolas blandas porosas o a campo traviesa

               rueda rodando la pelotita amarrilla atraviesa

la cinta blanca que escinde el campo en 2 sectores

                              la técnica dicta la táctica

                              la táctica dicta la estrategia

Dar es Saalam para Kenio

               Kenio para Zulú Zulú para

Togo Togo para Lomé hay un rebote

rechaza Tagore

                              rueda la pelotita amarilla otra vez

pero choca (…)”  (extracto de “Oda al taca taca” de “Poemas redondos”)

 

Hay algo celebratorio en la poesía de Pohlhammer, algo que es profundamente feliz que subyace en el fondo de su poesía. Algo que lo emparenta con Nicanor Parra en sus juegos de palabras que giran una y otra vez por su sonoridad hasta recabar en otra frase equivalente en sonido pero distinta en alcance. Hay, por cierto, una ironía, sin embargo, no es un poeta que se ría de la sociedad. Si acaso se ríe de algo es de sí mismo, de la vanidad, de la pompa. Es un poeta que escribe desde la alegría, cosa que parece bastante más difícil o menos usual que hacer lo contrario. Es el mismo que da rango poético al taca taca, o a un gol de Gorosito, la manera de patear penales de Nestor Ítalo Isella, o el día en que vio jugar a Jesús Trepiana, el arquero suplente de la Unión Española. El mismo poeta que escribe un libro completo a las “Vírgenes de Chile” pero que reconoce apenas partiendo “Seré franco contigo / Para llegar aquí /Hasta tu luminiscente presencia / Me arrastré arrodillado por el asfalto ardiente / aunque sólo a lo largo de cincuenta metros / A lo más sesenta / Y con las rodilleras de arquero que uso para jugar a la pelota / los domingos / Después me subí a una micro / Eso debo admitirlo a pecho descubierto / Pero resulta que no advierto vínculo alguno entre hacerme pebre / las rodillas / Y que se me borren los pecados” (extracto de “Virgen de lo Vásquez” , parte de “Vírgenes de Chile” publicado en 2007 y reeditado en 2020).

Helicópteros. Poesía reunida es un acierto de principio a fin. Por una parte un trabajo editorial como este reconoce la trayectoria de un poeta como Pohlhammer, pero por otra y, principalmente, porque permite que el lector conozca la envergadura e importancia del trabajo de  Erick Pohlhammer. Porque de Pohlhammer, luego de un publicación como esta, no puede decirse otra cosa sino que es un poeta realmente importante dentro de las letras chilenas.

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