Augusto d’Halmar —cuyo nombre real fue Augusto Jorge Goemine Thomson— fue un escritor que hizo fama en las primeras decenas del s. XX. Su popularidad no solo se radicó entre lectores sino que también fue ampliamente reconocido por sus pares. Luego, por diversos motivos, entre ellos la opresión que significaba un país provinciano como aquel Chile para un hombre homosexual como lo era él, se trasladó a Europa, de donde volvería hasta muy tarde, cuando la sociedad y literatura chilena ya lo tenían bastante olvidado.
Fue para él que, un amplio grupo de escritores, convino crear el Premio Nacional de Literatura y, por supuesto, conforme al fin con el que fue creado, fue Augusto d’Halmar quien primero lo recibió, en 1942.
Es, en suma, uno de los nombres fundacionales del canon de la literatura chilena, del cual destacan obras capitales como Juana Lucero o Pasión y muerte del cura Deusto. Entiendo que, en algún momento, editorial Ercilla pretendió publicar sus obras completas, pero aún cuando tuvieron ese rótulo, no abarcaron la totalidad de su obra.
Así llega al día de hoy. Conocido y desconocido a ratos. Escasamente leído. Valorado en todo lo poco que se valora la literatura en nuestro país y bastante difícil de encontrar en librerías. Y, sin embargo, en este año se ha producido un nuevo rescate de su obra que viene a hacer justicia de este gran escritor. Me refiero a dos publicaciones. La primera corrió de mano de Mago Editores, quienes hicieron una reedición de Pasión y muerte del cura Deusto. Se trata de una edición sencilla en rústica —que no por eso deja de ser meritoria— que pone en circulación a una de las principales obras del autor. Y por otro lado tenemos la publicación bellísima que hizo Origo Ediciones —publicación que motivó esta columna—en una edición lujosa bajo el título de Obras reunidas y que fue enviada a imprimir a China, supongo que por razones de técnicas de impresión requeridas para obtener el resultado logrado.
Digo lujosa por el particular esmero puesto en el diseño y la impresión, en su gran formato, en el lomo satinado en tela y los cantos coloreados, emulando las cuidadas encuadernaciones antiguas, con las guardas del libro detentando a toda página la firma del autor. Su contenido también es notable, en 704 páginas, se recogen cuatro de las obras más importantes del autor: Juana Lucero (1902), La lámpara en el molino (1914), La sombra del humo en el espejo (1924) y La pasión y muerte del cura Deusto (1924).
En suma, la publicación de Obras reunidas de Augusto d’Halmar viene en rescatar parte de la novelística de este autor que, salvo la ingratitud que nuestro país siempre ha tenido con nuestra propia literatura, debía estar considerado en la primera línea de nuestra literatura, por ser uno de sus pilares fundantes y porque muchas de sus obras aún pueden leerse con gusto y se encuentran completamente vigentes.
Tengo cosas escritas por d’Halmar inéditas…en un libro que llamo:”tras la huella de Augusto d’Halmar”… Que no encuentra apoyo económico para su publicación….