Juan Carreño: “Trato siempre de estar aguja en la calle, que también es un texto”

 

PAPAYA

 

Autor de Compro fierro (Lagartija Ediciones, 2007; Ediciones Balmaceda Arte Joven, 2010) y Bomba bencina (Das Kapital, 2012), Juan Carreño ha trabajado una obra de contornos filosos; desde los márgenes, aunque siempre con la conciencia de los aplastantes lugares comunes que allí circundan. Acá conversamos un poco sobre su obra poética y sobre los proyectos futuros, repasamos el trabajo de la Escuela Popular de Cine (FECISO), los clásicos infumables y la crítica literaria.

 

1. Hablemos de tus influencias, por decirlo de alguna forma, extraliterarias: qué películas, banda u obras de cualquier formato han tenido un impacto en tu obra.

Soy un yijadista de la escuela popular de cine (la cual es una de las aristas de la vanguardia organizada del pueblo), de procesos y trabajos como Consejo de Guerra, La muerte está en los catres, La bolita mágica, Porque vomitan, Trashumante; en cuanto a música actualmente escucho bandas como “Niña Carolo” y el disco Nos deben una vida de “Marmotas en el bar”, puros lumpen lovers de primera línea.

2. Compro fierro comienza a circular el año 2007. Eso probablemente te situó en la categoría de “poeta joven” o “escritor joven”, ¿qué piensas de esa etiqueta?

Que me suena a jabón para las espinillas, a peluquería canina, a pedalear en un gimnasio una bicicleta estática o a beber un repugnante jote en fiestas de tipos hiperventilados que escriben apurados como perritos de departamentos.

3. Una breve descripción de cómo son tus jornadas de escritura.

Generalmente desde medianoche a la madrugada, no siempre con música o sobrio.

4. ¿La envidia y el resentimiento juegan algún papel en tu trabajo? ¿Cuál?

El resentimiento que me afiebra (como el agüeonamiento de la clase media chilena y la muerte de los que luchan) me provoca un desprecio a lo que podría llegar alguna vez a envidiar, (un auto-una casa-un trabajo estable, etc) pero esta misma falta de envidia puede derivar en pedantería o en cáncer en cuanto al trabajo, tal vez por eso trato de estar lejos, de viajar, de subir un cerro.

5. Si en tu primer libro el escenario que se despliega es claro —la población Santo Tomás en La Pintana—, Bomba bencina parece construido desde el movimiento, el viaje. Háblanos un poco de cómo se fue construyendo esa obra.

Sin ningún objetivo específico que no sea el del acto de escribir y leer cuando pudiera, viajé casi siempre solo, por tierra y  en camiones por Colombia, Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú, durmiendo en bombas de bencina y sin nada qué vender. Andaba con carpa y cocinilla, caminaba mucho, pero al final una de las pocas cosas que saqué en limpio fue que el viaje es un engaño. Los pocos libros que andaba trayendo los vendía para comprar pisco (Tristes trópicos, La rama dorada) y escribí en el camino unos textos que al releer ya en Santiago me parecieron nefastos, intranscendentes. Creo el viaje me sirvió solamente para darme cuenta que la Sudamérica pobre es una legión inabarcable como para destilar poemas continentales, volcánicos, concurseros.

6. Continuando un poco con lo anterior: tanto en Compro fierro como en Bomba bencina aparecen insertos fragmentos de libros encontrados en la calle, grabaciones, grafitis, etc., que nos recuerdan un poco a Duchamp y la noción del objet trouvé. ¿Cómo vas insertando estos elementos en la construcción de tu obra? ¿Es voluntario o más bien azaroso?

Una mezcla de las dos, totalmente. Una búsqueda. Trato siempre de estar aguja en la calle, que también es un texto, desde las tipografías de los galpones del cordón industrial de Santa Rosa, pasando por los grafitis, los poemas de Óscar Lucero, los rayados en los respaldos de los asientos de micros, en los baños, en los museos, los tags al metro. Rayarlo todo me parece fantástico, necesario, subversivo. Cerca de la cumbre del cerro San Ramón hay rocas escritas con spray por senderistas hace más de treinta años, no faltará el que diga que aquello se veo “feo” en la naturaleza y en las fachadas de las instituciones, pero esa es pura gente reprimida que cree en la limpieza, el orden, el progreso y que apoya las detenciones ciudadanas.

7. Hablemos de FECISO–Festival de Cine Social y Antisocial-: ¿cómo parte y qué trabajo realizas en el equipo?

Solo puedo decir que el FECISO se viene en su versión invierno por Santiago y que después de exhibir en Arica y Punta Arenas pronto volveremos a regiones en patota a hacer talleres a las poblaciones donde nos inviten. En el FECISO no hay trabajos específicos, todos tenemos que hacer de todo, desde levantar el telón para proyectar, perifonear por los pasajes, pegar tallarines, manejar la mesa de sonido y el data, inyectarle suero a los invitados, hacer una película con los niños y tratar de editarla para exhibirla en la noche, en la calle. El trabajo del FECISO y de la Escuela Popular de Cine es un trabajo de guerrilla, sin mayores sutilezas que la de intentar amar, a la mierda los troncos de academia y los púdul puristas que creen que en las poblaciones no deben exhibirse “ciertas imágenes”.

8. A propósito de eso, el tema de la “marginalidad” o “lo marginal” aparece tanto en tu obra poética como en tu trabajo audiovisual, temas que tanto el cine como la literatura muchas veces ha retratado desde afuera y sin mucho tino. ¿Cómo lo trabajas y qué tensiones surgen?

Los materiales con los uno puede contar a la hora de trabajar son pocos, ¿serán unos cinco si contamos el amor, la muerte, la aventura, el sentido y la lucha? Yo no escribo desde una periferia o de un set de grabación que imita un campamento o con el tono de voz de actores cuicos que se las dan de flaite (como en Machuca), simplemente trabajo con los materiales que tengo a mano, que pueden variar desde la utilización de la voz de mis vecinos aplicados a un poema, sucesiones de imágenes escritas en busca de un corolario feriante y en movimiento, cortometrajes que me permitan intervenir en la política interna de la población para quitarle espacios a los evangélicos y a los domésticos culiaos que les roban a los propios vecinos. Marginales son los cineastas que invitamos al FECISO y que no saben llegar en micro a una población. Aunque algo sumamente marginal y a la vez terrorífico es que un partido político como la UDI se haga llamar “Popular” y su variante Opus Dei tenga una fuerte influencia en comunas como La Pintana. 

9 ¿Qué piensas de la crítica literaria? ¿Crees que cumple una función esencial al momento de acercar autores u obras al público?

La verdad es que desconozco en qué grado de eficiencia la crítica literaria influya en el “público lector”, lo que observo con más claridad, a nivel de edición independiente, es un flujo de textos críticos elaborados por escritores de diversos géneros, cuyas obras a su vez son puestas bajo el microscopio por otros críticos/escritores. Hasta el momento percibo un fair play bastante inquietante, ya que si bien hay críticos establecidos y reconocibles en algunos medios, que al parecer ejecutan su trabajo con bastante seriedad, existe una manada de sicarios prologueros y contratapistas innecesarios, apatotados en páginas web que parecen cooperativas de beneficencia. 

10. Se suele hablar del pésimo hábito lector del chileno como un correlato del alto precio de los libros: ¿cuál es tu posición al respecto?

Considero, primero, que en Chile, como en tantos lugares, se lee, siempre. La realidad es un texto. El tema de los libros es cuento aparte, y claro, hay mafias editoriales metidas en universidades y sobre todo en colegios que gracias a estrategias de mercado convierten los libros, la literatura y la educación en meras vienesas refritas ultra costosas. Pero insisto, a pesar de todo esto, acá se lee. El que busca encuentra, y aparte de lo bolañesco que pueda ser chorear libros taquilleros en la FILSA o librerías grandes, existen las ferias libres donde cachurear y encontrar casi de todo. El tema es tener tiempo y querer estar solo, y hacerlo por placer. 

11. Hablemos de tus lecturas: ¿qué estás leyendo ahora? ¿Algún autor contemporáneo que recomiendes leer con especial atención?

Acabo de leer El viento es un país que se fue y Carabela portuguesa, de Óscar Barrientos; Random, de Daniel Rojas Pachas; Soldados perdidos, de Alejandro Cabrera; Cipango, de Thomas Harris y El Río, de Gómez Morel. Creo que lo más recomendable en este caso es revisitar ciertas lecturas, desacelerar la máquina para respirar y seguir remando, la pesca de arrastre que promueven los rankings se me hace sospechosa, dañina. 

12. Parece haber cierto consenso en torno a ciertas obras decisivas en la formación literaria en general (los clásicos: Cervantes, Homero, Joyce, Borges). ¿Podrías nombrar algunos de los libros que, escapando a esta categorización canónica, hayan sido fundamentales en tu formación como escritor?

Biografía en décimas, de Violeta Parra; la antología De Parra a auestros días, de Erwin Díaz; Tristes trópicos, de Lévi-Strauss; Crónica de los indios guayaquís, de Pierre Clastres y un clásico que siempre habría que tener a mano junto a la biblia y Los trópicos de Miller: La rama dorada, de Frazer. 

13. Un autor o libro clásico que te pareció decepcionante.

Creo que he intentado unas cince veces leer El almuerzo desnudo o el Ulises de Joyce, y nada. 

14. ¿Qué opinas de la figura del “escritor mayor”? Estoy pensando en lo que en su momento representó Bolaño, Millán, Neruda o Lihn. ¿Te imaginas quién podría estar ocupando hoy esa posición?

La verdad es que no lo sé y no me interesa.

15. ¿Estás preparando alguna obra para este año? Háblanos un poco sobre tus proyectos en curso.

Para este segundo semestre espero publicar tres libros, en los que vengo trabajando desde hace más de tres años. Uno es un poemario llamado Oxicorte (por Das Kapital) , que es una apología al amor y al robo de cajeros automáticos; el otro es una novela titulada Budnik (a publicarse en Cinosargo), cuya escenografía esencial es el concepto de la expropiación; y un libro de crónicas: Ir a la trinchera (Ajiaco Ediciones), que es una recopilación de textos que he publicado en diferentes medios.

16. ¿Qué otros autores te interesan y crees que deberíamos entrevistar aquí?

A la Angélica Panes, Daniela Catrileo, al Carlos Altamirano, a Miguel Bórquez, Nicolás Vergara, al Gastón Carrasco. 

17. Un video de Youtube que hayas visto últimamente.

A propósito del último reportaje de Chilevisión al sector de El Castillo, en La Pintana, uno de los trabajos realizados por los niños de la población junto a los cabros de la Escuela Popular de Cine:

Jonnathan Opazo

Publicó "Junkopia" (2016), "Cangrejos" (2018), "Baja fidelidad" (2019) y "Cian" (2019).

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